«Los hechos en que me he visto involucrado han significado la destrucción de mi imagen y mi sustento económico sin mediar juicios, pruebas ni el debido proceso…», declara Luis Gnecco
«Lo que vivo por estos días es una de las lecciones más difíciles y ejemplificadoras de mi vida», dice Luis Gnecco en su primera declaración pública tras haber sido formalizado, esta semana, por lesiones menos graves en el contexto de violencia intrafamiliar.
El actor de 58 años fue denunciado por su segunda y última ex esposa -una socióloga de 41 años con quien tiene un hijo de cinco- por haberla agredido en su departamento el pasado miércoles dos de junio.
El protagonista de películas como El Bosque de Karadima y Neruda quedó con una medida cautelar que le prohíbe acercarse a su ex mujer durante los 30 días que dura la investigación.
Gnecco pide «respeto y cuidado» a los medios de comunicación al informar sobre su caso, condena la violencia contra la mujer y ofrece disculpas.
También denuncia «amenazas de muerte» contra su hija «realizadas por personas descriteriadas que intentan hacer una justicia malentendida sin contar con ningún antecedente» (el actor tiene dos hijos con su primera ex esposa).
En una segunda parte de la declaración pública que posteó en su cuenta en Instagram afirma:
«Los hechos que han salido a la luz pública, y en los que me he visto involucrado, han significado la destrucción de mi imagen y mi sustento económico sin mediar juicios, pruebas ni el debido proceso, por causa del escrutinio de quienes no son jueces ni tienen los antecedentes completos de lo ocurrido, produciendo un efecto a todas luces irreversible en mi carrera.
«Como figura pública, debido a mi profesión, es algo que deberé manejar con entereza y buscaré hacerlo de la mejor manera posible puesto que mi imagen es el único activo con el que cuento.
«Las sentencias extrajudiciales, unidas a la denostación de mi persona y mi quehacer, han sido ventiladas livianamente en medios de comunicación y redes sociales hasta el punto de desembocar en faltas de respeto y amenazas (incluso de muerte) a mis hijos.
«Soy padre de dos jóvenes, de 24 y 20 años, y de un pequeño de cinco. Los tres han sido fruto del amor, criados con infinito cariño y atención. Si he guardado silencio hasta ahora ha sido única y exclusivamente para protegerlos y evitar exponerlos públicamente, además de respetar el actuar de la justicia, en la cual confío y a cuyos dictámenes me atengo respetuosamente».