«En tercero medio me tuve que ir del colegio porque tenía ene problemas con algunas compañeras que me trataban de tonta, de fea…», relata Daniela Nicolás sobre el bullying
«Yo jamás me atreví a hablar», cuenta Daniela Nicolás sobre el bullying que, relata, sufrió cuando cursaba la enseñanza media.
La actriz de 29 años representó a Chile en la final del Miss Universo, en mayo en Miami. La reina de belleza no pasó a la segunda ronda en el certamen internacional. Paralelamente logró un notorio apoyo a través de sus redes sociales y su participación le sirvió para visibilizar las enfermedades autoinmunes y demostrar esfuerzo y espíritu.
En 2015 Nicolás fue diagnosticada con un trastorno autoinmune llamado enfermedad del tejido conectivo indiferenciado, el cual derivó en una artritis reumatoide.
De esto y otros temas, entre ellos el bullying, habló la Miss Chile 2020 -hace unos días se eligió a su sucesora- en El Cuestionario, programa de conversación que se emite en WappTV de lunes a viernes a las 22 horas, en el número 21.1 de la tv digital y por su señal online en wapptv.cl, conducido por el actor Julio Jung Jr
Esto fue parte del diálogo:
Julio Jung Jr.:“Hiciste una campaña anti bullying en redes sociales. ¿Sufriste de bullying cuando niña?”
Daniela Nicolás: “Cuando estaba en el colegio no se hablaba de bullying, pero sí lo pasé súper mal. En tercero medio me tuve que ir del colegio. Tuve que hacer solamente el primer semestre y cuando un siquiatra manda un certificado te pueden hacer coeficiente dos, sacar dos notas por ramo y te vas nomás.
«Me tuve que ir a mi casa el segundo semestre porque tenía ene problemas con algunas compañeras que me trataban de tonta, de fea”
Jung: “¿Las compañeras?”
Nicolás: “Había un par de hombres que después se unieron, pero eran las mujeres más que nada. Era otra época. Se enseñaba distinto. En el colegio tuve poco apoyo, porque era como ‘¿pero cómo vamos a decir esto? Tú estás exagerando’.
“Yo tampoco me atrevía. Eso es lo heavy, atreverse a hablar. Porque yo nunca me atreví a decirlo. Hasta que un día, porque almorzábamos en la casa, era colegio, almuerzo en la casa y después colegio de nuevo. Y estábamos almorzando y hago un escándalo, un show, me pongo a llorar, mis papás no entendían nada, ‘¿qué le pasa a esta niñita? Se volvió loca’.
“Mi papá dice ‘tú no te vas al colegio’, me agarran, llaman de urgencia a un siquiatra y me llevan a un siquiatra juvenil. Fue como ‘no sabemos qué hacer, pero la reacción de esta niñita no es normal, entonces ayúdanos’. Me llevan al toque. La secretaria me dice ‘¿cómo te llamas?’. ‘No tengo nombre…’ Pesá la cabra chica. Pero le pido perdón a la secretaria, después nos queríamos, porque fui mucho tiempo.
“Ahí, gracias a mis papás logré soltar, gracias a que me llevaron porque vieron las alertas, porque yo jamás me atreví a hablar”.
