«Me manda inbox con canciones de madrugada…», afirma Jordi Castell sobre Marcelo Ríos
«Cuando debo escuchar a la gente que me quiere, leer consejos de personas sabias y principalmente mi marido, que termina siendo más controlado y pacífico que yo».
De esta manera parten las últimas palabras de Jordi Castell referidas a los mensajes sobre él que ha posteado en Instagram Marcelo «Chino» Ríos.
Luego de que el fotógrafo comunicó en Instagram la muerte de Marley, perro criado por su marido el publicista Juan Pablo Mont y que vivía desde hace años con la pareja, el ex tenista de 45 años realizó un primer posteo burlándose del fotógrafo y posteriormente otro explicando su actitud hacia él.
Castell contestó esta semana a través de mensajes de audio enviados a periodistas de espectáculos y en una conversación en su Instagram. «Con la burla por la muerte de mi perro tocaron a mi familia. Y a esa persona yo le voy a tocar a su familia de vuelta con el peor veneno que tengo guardado», es parte de sus respuestas.
El tono de estas últimas declaraciones cambió hoy en el último escrito del fotógrafo en la red social donde, a lo enunciado al inicio de esta crónica, agrega:
«Frente a esta batahola que se armó por uno que festina con la muerte de mi perro, me persigue públicamente cada cierto rato buscando pretextos, extrae fotos con mi marido para publicarlas en su cuenta, me manda inbox con canciones de madrugada y no se cansa de dispararle violencia a todos.
«Frente a todo ese arsenal de acoso y obsesiones que un especialista le pondrá nombre por si es patología, lo lógico y ustedes ya saben, yo hubiera reaccionado disparando de vuelta con toda la información que ustedes mismas me han provisto de situaciones y expedientes que ya no exhibiré a la luz pública y quién sabe cómo se sepa o se filtre.
«Prefiero cerrar filas con los míos desde la cordura, la paz y estabilidad con la que me relaciono tanto con ustedes como con mi entorno, la calidad de vida personal y profesional que he construido y el nivel humano que, por esta vez, voy a obedecer guardando bajo llave la rabia que no conduce a nada bueno y guardaré silencio.
«Otra vez debo agradecerles a ustedes sus consejos, sus buenas palabras desinteresadas, la forma de proteger y contener como buenas hembras que son. Pocas veces me he sentido más querido y protegido por tantas mujeres. De corazón, sólo valorar que si todas ustedes y el hombre que quiero me dijeron lo mismo, es porque era lo correcto».