«El guardaespaldas te decía ‘en la calle tanto’. Nos encontrábamos detrás de la discoteque y entras a lugares con más privacidad…», recuerda Mónica Pérez sobre los carretes con el príncipe Felipe de España
«Es divertido carretear con un príncipe”, comentó Mónica Pérez en Los 5 Mandamientos, espacio de conversación conducido por Martín Cárcamo en Canal 13.
La periodista de 55 años fue consultada por su amistad con el Rey Felipe de España, la cual comenzó cuando ambos fueron compañeros de estudio en un máster que la profesional realizó en España.
El rostro de las noticias de Canal 13 posteriormente fue invitada al matrimonio del entonces príncipe con la periodista Letizia Ortiz, en 2004.
Este fue el relato de Pérez en Los 5 Mandamientos:
Martín Cárcamo: “Felipe de España te invitó a su matrimonio, ¿cuál es la relación que tienes tú con Felipe?”
Mónica Pérez: “Mira. Ahí es cuando él me presentó a su papá, cuando nos dieron el título. Esa es mi fiesta de graduación”
Cárcamo: “¿Tú fuiste con él?”
Pérez: “No, nos graduamos, esa era la gala y nos sacamos una foto”
Iván Valenzuela: “¿Pero ahí no pololeaba con Letizia todavía?”
Pérez: “No, para nada”
Cárcamo: “Pero tú cachabas a Letizia”
Pérez: “Lo que pasa es que a Letizia yo la caché después. Porque yo me fui a vivir a España y allá yo era corresponsal de TVN y despachaba de agencia EFE y ella trabajaba ahí. Era una niñita muy bonita, más joven que yo, bien simpática, entonces conversábamos, nos hicimos amigas, tomábamos café. Nos hicimos como amigas colegas”
Cárcamo: “Y con Felipe tú eras compañera de él, porque estabas estudiando en España”
Pérez: “Porque yo entré a un máster y el día que entro me doy cuenta de que mi compañero de curso era Felipe”
Cárcamo: “¿Alguna vez lo miraste con otros ojos a Felipe?”
Pérez: “No. Prometo. No sé por qué. O sea, es guapo, es alto, es un príncipe, bueno, ahora es un rey. Es encantador”
Cárcamo: “¿Carretearon juntos?”
Pérez: “Sí, carreteamos. Es divertido carretear con un príncipe”
Valenzuela: “¿Pero él andaba con guardaespaldas y esas cosas?”
Pérez: “Claro, es que eso era lo divertido. Tú dices ‘ya, voy a ir con un príncipe a una discoteque, ¿cómo lo haces’. No entras por la puerta poh, porque nadie te puede ver. El guardaespaldas te decía ‘en la calle tanto con esquina tanto’, a todos los amigos que ese día íbamos a ir.
“Nos encontrábamos en una esquina que era como detrás de la discoteque y entras como por unas puertas aparte a unos lugares como aparte. Eran como otros pisos. Nada feo. Eran como lugares que tenían más privacidad y ahí podíamos bailar, carrretear y todo”
Cárcamo: “Tú fuiste al matri, ¿qué se le puede regalar al príncipe cuando se casa?”
Pérez: “Yo me partí la cabeza pensando en eso. ¿Qué puede querer un príncipe que lo tiene todo? Yo fui por el lado cultural. Pensé regalarle algo de Chile, éramos dos chilenas en el matrimonio. Le llevé lo que yo consideraba que era lo más lindo de nuestra cultura, que son los poemas de Pablo Neruda, Los Versos del Capitán”
Valenzuela: “Pensé que el indio pícaro”
Pérez: “Yo creo que le habría gustado más. Le llevé Los Versos del Capitán en una caja patrimonial que me donó la fundación Neruda. Hicieron unos facsímiles donde Neruda escribió los versos, que eran ponte tú, boletas, servilletas, y parecían de verdad. Con conchitas y arena y cositas de Isla Negra. Es una cajita preciosa”
Cárcamo: “¿Hasta qué hora duró el matrimonio?”
Pérez: “Esto es lo que yo pensé cuando entré a ese matrimonio ‘a mí me sacan con los pacos’. Me gusta el carrete. Pero no me iba a ir hasta que me sacaron poh. Yo tenía que aprovechar todo ese momento”
Cárcamo: “¿Ponen consomé después o no?”
Pérez: “Todo. Se termina el matrimonio temprano, porque resulta que justo fueron los atentados de Atocha en Madrid, entonces la fiesta se suspendió. No hubo música por duelo. Qué lata, pero justificado.
“Termina todo el almuerzo, que terminó súper tarde. Viene el besamanos, que se para el rey y la reina en la puerta y van todos los invitados y se despiden. Los papás del novio en la puerta, el príncipe con su señora, y se van todas las casas reales y todos los invitados importantes.
“Pero suben arriba unos encargados y nos dicen ‘ustedes los amigos se quedan, no bajen’. Yo miraba de arriba, era como un balcón, y veía a la Carolina de Mónaco, al príncipe Carlos. Imagínate lo copuchenta yo.
“Me guardé los menús, me guardé todas las cosas de recuerdo. Tengo en cancionero, las canciones que cantamos en la misa. Mira, no me traje los cubiertos porque me dio plancha”.