«La Luz como que se obsesionó conmigo… Por suerte», dice Marcial Tagle sobre su historia de amor de 19 años con Luz Valdivieso
“Yo creo que la Luz como que se obsesionó conmigo… Por suerte”, dijo Marcial Tagle en Los 5 Mandamientos, hablando de su historia de amor con su esposa Luz Valdivieso.
La pareja de actores, él de 48 y ella de 44, llevan 19 años juntos y tiene tres hijos.
Tagle estuvo en el estelar de conversación conducido por Martín Cárcamo en Canal 13 junto a Carmen Gloria Bresky y esto fue parte de la conversación:
Martín Cárcamo: “¿Cómo conociste a la Luz? Cuéntame tu historia”
Marcial Tagle: “La conocí la primera vez a la Luz cuando estaba haciendo una obra de teatro y yo fui a buscar un texto y la vi en un camarín. Fui a buscar un texto de teatro.
«La primera vez que la vi yo estaba con una polola en el auto, esperándome, entré a un teatro al camarín. Paulo Meza nos presentó, un actor, y nos dice ‘ella es la Luz Valdivieso, Marcial Tagle… Marcial, aquí está el texto’. Y chao, me fui.
“Terminé cone esa polola. Y ese texto lo hicieron teatro, que eran Los Tres Mosqueteros. Yo era uno de los personajes. Ahí tuve una lectura con la Luz. Y no pasó nada con la obra. No se hizo la obra.
«Tuvimos dos o tres lecturas, que ella dice que se enamoró de mí, de mi voz, o eso es lo que me decía en ese tiempo. Ahora se ha desdicho de muchas cosas bonitas que me dijo con los años.
“Y después esa misma compañía me llamó a trabajar a otra obra y ahí ya la conocí y no nos demoramos nada. Dos cucharadas y a la papa altiro. Nos demoramos más en casarnos, tres años en casarnos”
Carmen Gloria Bresky: “Ellos ya habían empezado a pololear y yo conocí a la Luz porque en Piel Canela también actuaba la Luz ahí nos conocimos. Fue su primera teleserie. Y estábamos en una fiesta y la Luz me decía ‘sí, él, y además una bruja me dijo que era el hombre de mi vida’.
«Estaba súper engrupida. Y me hablaba de la bruja y ‘el Marcial yo creo que sí’. Todavía no le pedías matrimonio. Quería que puro le pidieras”
Tagle: “Yo creo que la Luz como que se obsesionó conmigo… Por suerte”
Cárcamo: “¡Ah, ya!”
Tagle: “Weón, es que es obsesivo”
Bresky: “Él se hacía el lindo. No la pescaba tanto al comienzo”
Tagle: “Yo digo ´por suerte’ por weón que soy. La hubiera dejado pasar y me hubiera ido a la mierda”
Cárcamo: “O sea, gracias a ella tú dices que estás bien”
Tagle: “Sí. Por suerte que ella es obsesiva”
Cárcamo: “¿Y obsesiva contigo en qué sentido?”
Bresky: “Que le gustó y lo buscó, lo buscó, lo buscó”
Tagle: “Claro, me buscó, me buscó, me buscó, me buscó”
Cárcamo: “¿Pero quién le pidió matrimonio a quién? ¿Tú a ella?”
Tagle: “Yo a ella”
Cárcamo: “¿Cuántas veces le pediste matrimonio a ella?”
Tagle: “Dos. La primera vez que le pedí matrimonio, yo estaba internado en la clínica. Yo soy rehabilitado. Todo el mundo lo sabe. Y le pedí matrimonio en la clínica.
«Yo estaba en una pieza, me interné por drogas y alcohol, y la primera semana me fui como a pensionado, que había que pagarlo uno solo, dormía en una pieza solo. Fue justo cuando se murió el Papa, me acuerdo de esa semana.
“Y me tuvieron durmiendo como una semana. Desperté de eso. Y de ahí me fui rápidamente a la pieza comunitaria porque era un lujo, carísima.
«Y estaba en la pieza comunitaria, como con cinco weones más, y la Luz me fue a ver, pero no podía entrar a la clínica. Y yo le grité por la ventana con barrotes si se quería sacar conmigo. Yo creo que todavía estaba drogado»
Cárcamo: “Y ahora que lo miras con el tiempo, ¿ese fue como un acto…?”
Tagle: “Un acto romántico. Yo creo que ni quería casarme, sino que embalado, arriba de la pelota. Yo encontré increíble que me fuera a ver, y la weá, no podía entrar, las rejas, la clínica, abstinencia. Y yo ‘¡¿te querí casar conmigo?!’. Y después me hice el weón”
Cárcamo: “Tú le gritaste ‘¡¿te querí casar conmigo?!’ ¿Y ella qué hizo?”
Tagle: “No sé…”
Cárcamo: “No te contestó”
Tagle: “Sí me contestó. Yo creo que se puso a llorar, porque era todo bien terrible. Hoy día uno lo mira con distancia y se caga de la risa, pero en ese momento no era tan jauja. Y nada. Después de la clínica nos fuimos a vivir al Cajón del Maipo.
“Y a los siete meses le pedí matrimonio, con la piedra y toda la weá. Pero también ahí hay una anécdota. Vivíamos en el Cajón del Maipo y esto debe haber sido agosto, septiembre, deben haber pasado unos tres o cuatro meses de la primera vez que le pedí matrimonio, porque era invierno. Y estaba lloviendo muy fuerte, con mucho frío y había granizos.
“Pero yo soy del Cajón del Maipo y soy de Las Vertientes y entendía esto. Pero además quería pedirle matrimonio en el bosque de Las Vertientes, que es el lugar donde jugaba de chico. Era muy simbólico para mí. Pero la Luz es friolenta y era domingo. Yo le decía ‘¿vamos a caminar al bosque?. ‘No, Marcial, no’.
“Y al final me terminé enojando porque no quería ir, y tenía el anillo guardado en el bolsillo, y no quería casarse. Quería pedirle matrimonio en el lugar donde, para mí, era más lindo. Nos íbamos a casar, era mucho más importante que el frío.
«Y en la bajada del bosque, hasta que la convencí que bajáramos, fuimos al bosque, estuvo en los juegos y le pasé el anillo”.