Carmen Gloria Arroyo y su separación: «Hace quince años salí de una casa donde no sabía cómo iba a pagar el colegio, ni el arriendo, y no tenía plata para pagar la luz…»
«Cuando me separé, y estaba con mis tres hijos, tenía un montón de carencias que la gente ya sabe, económicas», afirmó Carmen Gloria Arroyo.
La abogada y rostro de Carmen Gloria a tu Servicio, en TVN, ha contado que se casó a los 26 años con el padre de sus tres hijos y que se separó trece años después.
Este fin de semana Arroyo fue una de las invitadas al capítulo de Podemos Hablar exhibido por Chilevisión, donde programaron de fondo el tema central de la película La Vida es Bella.
Entonces el conductor, Jean Philippe Cretton, le preguntó “¿por qué te gusta esta canción?”. Este fue el diálogo que se originó:
Carmen Gloria Arroyo: “Ay, porque muchas veces sentí que era la banda sonora de mi propia vida”
Jean Philippe Cretton: “¿Por qué?”
Arroyo: “Porque cuando me separé, y estaba con mis tres hijos, tenía un montón de carencias que la gente ya sabe, económicas principalmente. Pero no quería traspasarles a mis hijos mi angustia y mi pena, que yo sé que es la que viven muchísimas familias en Chile cuando lo pasan mal.
“Por eso defiendo tan enfáticamente el programa de no traspasar nuestros dramas a nuestros hijos. Ellos no tienen por qué vivir esas épocas malas.
“Entonces, todo lo que me pasaba lo transformaba en historias. Una vez nos cortaron la luz porque no habíamos pagado los gastos comunes, un montón de cosas. Yo les decía a mis hijos ‘yo mandé a hacer todo esto para que jugáramos a las sombras’. Y jugábamos a las sombras hasta que se aburrieron. Eran chiquititos”
Cretton: “Pero esto tiene para uno una carga fuertísima, porque en el momento te vistes de súper héroe para solventar esta situación. Pero inevitablemente llega una situación donde te vas a acostar, ellos están acostados, y uno dice… ¿Te pasó eso?”
Arroyo: “Me pasaba. Empecé a programarlo… Llegaba de trabajar, me quedaba en el estacionamiento y me desahogaba ahí. Lloraba ahí. Y entraba lo mejor que podía, para estar con mis hijos, porque tenía la obligación y el deber de que yo estuviera bien y que ellos me vieran bien. Y la forma es más importante que tus hijos estén bien es que te vean bien.
“Si tú no estás bien, y no les das a ellos esa seguridad, difícilmente la vas a tener. Era lo que había que hacer en ese minuto”
Cretton: “¿Qué tan profunda era esa crisis? Más allá de lo emocional, que lo estás describiendo ahora. Pero en términos económicos, ¿Qué te faltaba y te costaba?”
Arroyo: “Todo. Pagar las cuentas, comprar para el día a día, pagar el colegio. Y hay una situación bien difícil de manejar, cuando además vienes de un buen pasar, porque tenía un buen pasar cuando estaba casada, en mi matrimonio, porque estás metida en un sistema de vida que es difícil ponerle freno de mano y es difícil salir de ahí.
“Entonces, no tienes muchas ayudas tampoco. Cuando estás en otras condiciones, puedes recurrir a otros organismos, instituciones. No es el caso. Uno tiene que barajarse sola con lo que tiene y lo que se puede”
Cretton: “¿Hubo un momento en que te viste pillada por el hecho de alimentar a tus niños?”
Arroyo: “Sí, me pasó. Y ya hace poquitos días hice un balance súper profundo en un momento inesperado. Fui a dejar a mi hija, que se fue de intercambio por unos días y venía de vuelta del aeropuerto. Tengo a otra de mis hijas en otro intercambio. Han pasado los años. Mi hija mayor tiene 26 años, la otra 22.
“Están cumpliendo sueños. Están teniendo posibilidades que ojalá otros niños tuvieran, pero que son inalcanzables para la mayoría en este país. Y no me avergüenzo de ello, porque son fruto de mi esfuerzo y mi sacrificio, de mi trabajo.
“Pero es inevitable pensar que, hace quince años atrás, salí de una casa, donde no sabía cómo iba a pagar el colegio, ni cómo iba a pagar el arriendo y no tenía plata para pagar la luz. Y ahora estoy en otra posición”.