«El amor también te va sanando… La Antonia me potenció la alegría en la vida. Y eso sana», manifiesta José Andrés Murillo sobre su esposa
«Me potenció la alegría en la vida. Y eso sana», expresó José Andrés Murillo sobre su mujer, la arquitecta Antonia Pellegrini.
El doctor en Filosofía y director Fundación para la Confianza -cuyo testimonio y denuncia en al caso Karadima fueron claves para destapar los caso de abuso a menores en la Iglesia Católica de Chile- fue uno de los invitados a un capítulo de La Divina Comida, junto a Evelyn Matthei, Pamela Lagos y Jordi Castell.
Durante una sobremesa donde se habló de diferentes remas se dio el siguiente diálogo:
José Andrés Murillo: “Cuando pasó esto (la denuncia contra Karadima), mucha gente empezó a contactarnos. Dijimos ‘hagamos una fundación, porque esto me supera. Siento que la gente necesita algo que los acoja, pero que no seamos nosotros, porque a mí me va a terminar hundiendo’.
“Conseguí algunos fondos por ahí, no mucho, pero armamos. Era La Fundación Contra el Abuso. De repente la Antonia, mi mujer, me dice ‘¿te das cuenta, Jose, lo que se destruye es la confianza?’. Y justo. Dije ‘hagamos una Fundación Para la Confianza, porque no puede ser que los abusadores nos destruyan la capacidad de confiar en la sociedad, en las personas’”
Pamela Lagos: “Por eso, lo que sana es el vínculo”
Jordi Castell: “Tú estás hablando como alguien que revisó y construyó un relato. ¿Esto fue con ayuda de especialistas o tus estudios de filosofía?”
Murillo: “Tuve mucho tiempo terapia, muchas veces, especializada. El amor también te va sanando”
Castell: “Para allá quería ir… ¿La Antonia cuánto tuvo que ver en tu sanación?”
Murillo: “La Antonia, sobre todo, desde su alegría. Yo la conocí. Era un tipo súper oscuro, triste. Si lo pongo como en un gráfico, mi nivel se elevó. Me potenció la alegría en la vida. Y eso sana.
“Uno de los factores de resiliencia más importantes es el sentido del humor. La Antonia también me enseñó a reírme de mí mismo. Y tratamos de inculcar eso a nuestros hijos”
Evelyn Matthei, fuera de la mesa: “Él ha sido duro, él ha sido exigente, él ha exigido la verdad. Pero al final, con el resto de la gente, es de una bondad y de un cariño…”
Pamela Lagos: “Y de una bondad desde la alegría. Poner esto al servicio de ser felices”.
