Glamorama
Jordi Castell en una imagen tomada de la pantalla de La Divina Comida, en CHV.

«He tenido muchas señales de cosas que nunca las entendí. Imágenes que se aparecían, situaciones que pasaban. Me hice revisar y soy ‘puente…'», declara Jordi Castell

Autor: Equipo Glamorama / 13 junio, 2022

“A lo largo de mi vida he tenido muchas señales de cosas que nunca las entendí. Imágenes que se aparecían, situaciones que pasaban. Me hice revisar y soy ‘puente’. Lo hice con personas ligadas a lo espiritual», partió contando Jordi Castell en La Divina Comida.

“Yo siempre andaba con un espíritu cerca. Una vez vivía en otra casa, empezaron a aparecer situaciones que eran señales de un amigo mío… Yo no sabía que mi amigo se había muerto», continuó relatando.

El fotógrafo desarrolló el tema y, para ejemplificar las situaciones que experimenta, contó la historia de «Otilia», que le ocurrió durante los meses en que vivió en Chiloé en 2021.

Así continuaron sus palabras en el programa de Chilevisión:

“Y mi amigo vino a contarme que había muerto. Y él no sabía que estaba pesándome y que estaba haciendo descalabros en mi casa. Entonces, al espíritu, con todo el respeto que eso merece, hay que saber asesorarse por un guía espiritual que oriente esa situación.

“Tuve también que recurrir a un clarividente. Y no le dije nada. Le dije ‘quiero que me digas si ves algo. Y si ves algo, quiero que me digas qué es’. Me dice ‘ahí está tu amigo. Se llama así… Te viene a decir esto. Él estaba en tal parte’.

“Te estoy hablando año ’89. Tuvo Sida. Era de una familia árabe muy conservadora. Lo mandaron a Sao Paulo a morir de una forma miserable.

“Y lo de la Otilia fueron muchos momentos en que no busqué ni pregunté ni nada. Eran personas que se cruzaban.

“Estaba de repente en Quetalmahue, al borde de la playa, solo, y se acerca una mujer. Me empieza a hablar de la Otilia.

«Un día, un señor gordito, amoroso, ‘¿cómo está? Buenas tardes’, y me empieza a conversar. ‘¿Y dónde está?’. ‘En el fundo de la señora Margaret’. ‘Ah, yo trabajé ahí con la señora Otilia’. Y me empezó a hablar de la Otilia.

“La Otilia empezó a relatarme, a través de distintas personas, todo lo que había pasado con ella”.

Pamela Lagos, también invitada a La Divina comida: “Así supiste quién era ella y qué había pasado”

Castell: “Claro. La pobre vieja murió en condiciones súper miserables, porque murió y la encontraron dos días después. Después que la habían manguereado, porque se había hecho en los pañales. Tenía Alzheimer”

José Andrés Murillo, otro invitado: «Las personas con quienes estuviste, ¿alguno era descendiente de ella?”

Castell: “No. El único cercano… Yo veía una imagen de una escalera con un fondo azul y una foto arriba. Pero no veía la foto. Hasta que Alejandro, el administrador, me dice ‘te voy a mostrar la casa que la señora Margaret tenía de dos pisos’.

“Abre la puerta. Escalera. Subo la escalera y la foto. Era la Otilia. Le dije ‘¿quién es?’. ‘La mamá de Don Joaquín’.

“Entonces, la casa de ella, que era una cabaña por donde pasaba todos los días, cabaña de la que saqué el 60% de los muebles con los que alojé en mi cabaña, sin saberlo, te lo juro por Dios. Imagínate. Cuando me enteré que en esa casa había vivido la Otilia decía ‘no puede ser…’”