«Me salió una hernia cervical con tanto golpe con el botellón, con las cajas de aluminio, que sonaban mucho, pero igual dolían…», recordó Kurt Carrera sobre «Los Hermanos sin Dolor»
«Una vez subió una mujer que estaba alcoholizada máxima, y en vez de pegarme una cachetada, me manda un combo. Y lo tuve que aguantar… ‘No hay dolor’. Y casi me suelta un diente», recordó Kurt Carrera sobre la época de sus presentaciones en discotecas con el gag «Los Hermanos Sin Dolor», uno de los que realizó con su amigo Pablo Zamora.
La dupla se hizo conocida en Morandé con Compañía, en la década del 2000, donde también interpretaron al «Profesor Salomón y Tutu Tutu».
A mediados de mayo, Carrera estuvo en un capítulo de Pero Con Respeto, donde recordó esa época. Estas fueron parte de sus palabras en al late de Chilevisión:
“Teníamos todo un segmento (al que llegaban sus personajes), que eran los niños y la familia, y de ahí sacamos peluches, helados, cumpleaños, chicles, grabamos un disco… No se ganó tanta plata.
«Esto fue con Creactiva, los mismos gallos de Axé Bahía. Nos vendieron el mundo. ‘Ustedes aquí van a ganar mil millones cada uno’. Y al final eran cien, que era plata en el momento, pero estuvo bien”
Julio César Rodríguez: “Pero ustedes tuvieron una época de gloria. En TVN”
Kurt Carrera: “Para mí era un orgullo. Hacíamos seis eventos. Y para llegar al evento seis, teníamos que arrendar una avioneta, porque era la única forma de poder lograrlo. Y yo vestido de pájaro las seis funciones, porque no tenía tiempo para cambiarme. El sexto evento era el olor más fétido de la vida”
Rodríguez: “Pero también con ‘Los Hermanos sin Dolor’ hicieron eventos. Hacían discoteque. ¿Qué fue lo más bizarro? Porque en los eventos de Los Hermanos sin Dolor la gente se prestaba para subir al escenario”
Carrera: “Y actuábamos como a las dos o tres de la madrugada, donde estaban todos bebidos, todos alcoholizados. Y subíamos mujeres.
«Al principio subíamos tres mujeres. ‘Ya, péguenle al Kurt’. Y yo decía ‘¡jap!’. Y las minas me pegaban los cachuchazos. Uno, ¡pah!, dos, ¡pah!. ‘¿Quién lo hizo mejor?’. Y yo aguantando, porque ‘soy sin dolor’.
“Yo lo aguantaba. ‘No hay dolor’. Pero una vez subió una mujer que estaba alcoholizada máxima, y en vez de pegarme una cachetada, me manda un combo. Y lo tuve que aguantar… ‘No hay dolor’. Y casi me suelta un diente.
“Ahí le dije ‘Pablo, esto hay que parar… Subamos hombres y mujeres y la mujer le pega al hombre. Pero dejemos que la gente no nos pegue a nosotros, porque no va a quedar cara para fin de año’. Y así fue. Y me salió una hernia cervical con tanto golpe con el botellón, con las cajas de aluminio, que sonaban mucho, pero igual dolían”.