«Mi hija (Angie Alvarado) tenía 17 años y sí anduvo con tu marido (Jorge Valdivia). Conocí a tu marido. Estuvieron juntos. Llegaba en taxi a la casa…»: las palabras de Anita Alvarado a Daniela Aránguiz
«Ella cree que el dinero te da el derecho a ofender… Pero llegó tu hora», fueron las primera palabras de Anita Alvarado le dedicó a Daniela Aránguiz en una transmisión en vivo que realizó la mujer que se hizo conocida como la «geisha chilena» a inicios de los años 2000 y luego se convirtió en personaje invitado a programas de farándula y emprendedora que actualmente se dedica a la venta de frutos secos.
La emisión de 25 minutos que Alvarado efectuó por su cuenta Instagram reunió más de 500 mil visitas en tres horas y en ella se refiere a Aránguiz y a su marido Jorge «Mago» Valdivia, quienes tienen dos hijos y llevan separados meses luego de 17 años de matrimonio.
La madre de nueve hijos se refiere con epítetos a Aránguiz y Valdivia y amenazas de nuevos dichos. Recordó y entregó detalles del vínculo del ex futbolista con su hija Angie, ocurrido en 2007. Entonces el deportista tenía 24 años y jugaba en Brasil, donde residía con su familia.
En 2011 el caso llegó a tribunales, cuando Valdivia presentó una querella por intentó de extorsión con unas imágenes de contactos por videocámara que había tenido con la joven Alvarado en la época de su relación, cuando ella tenía 17 años.
En 2017 Angie Alvarado se refirió a su affaire con Valdivia en una entrevista televisiva.
En tanto ahora, en sus dichos dirigidos a Daniela Aránguiz, Anita Alvarado declara:
«Esta historia empieza cuando mi hija tenía 17 años y sí anduvo con tu marido (Jorge Valdivia). Conocí a tu marido. A los 17 años una cabra quiere experimentar o conocer gente y además que él la buscó.
«La historia la supe después y bien clarita gracias al padre de él (de Jorge Valdivia) y gracias a mi hija, que me lo explicó súper bien. El padre rogaba para que la Angie siguiera con ‘El Mago’.
«Estuvieron juntos. (Valdivia) Llegaba en taxi a la casa. En el condominio lo conocían todos y sabían cuando llegaba El Mago. No es nada de atractivo. Era una cagá chica flaca. Cuando lo pillé, yo venía de Santa Cruz, lo veo dentro de mi casa y digo ‘¿qué pasó aquí?’.
«Ahí yo hice que cortaran la relación. Yo. Y tu marido estaba absolutamente enamorado de mi hija, enamorado hasta las patas. Entonces yo, como veía las cosas, no era correcto porque la Angie tenía 17 años. En esos años, si yo quiero cagar al Mago me lo cago, porque podría haberlo denunciado. Y los 17 años de hoy no son igual que los de antes.
«El Mago sufrió mucho. Le lloraba a la Angie, le rogaba, y testigo soy yo, porque le dije a mi hija que no más. Y no fue una vez, porque ellos andaban».