«Me enfrenté al mundo médico y les dije ‘él va a vivir conmigo, pero él es mi papá, la decisión que él tome es la decisión que yo voy a respetar…», cuenta Karla Contant
«Yo le dije ‘no sé cuánto tiempo nos queda juntos, vive la vida como quieras’», cuenta Karla Constant sobre su padre, de 76 años, a quien llevó a vivir con ella, su pareja e hijos, para cuidarlo en medio de la enfermedad.
«No quiero ahondar mucho… Estamos viviendo un proceso, él está transitando una enfermedad y soy muy afortunada de tenerlo en mi casa», afirmó la comunicadora en Buenas Noche a Todos, TVN.
A ello agregó:
“Uno piensa que llegas hasta una cierta etapa con los papás, y ahora me he dado cuenta que no, que él me sigue dando lecciones. Al principio, una vez estábamos sentados los dos en el patio y me dijo ‘hija, ¿tú te das cuenta lo que vives en el día a día? Es una locura, y yo antes hacía lo mismo. Tienes que aprender a parar’.
“Y en verdad poh, yo a las nueve de la noche agotadísima, porque todos hacemos millones de cosas. Me decía ‘piensa en tu día y ve qué cosas puedes dejar de lado, ¿no las pueden hacer otros?’. Yo decía ‘cresta’. Porque me fui a la cresta, porque es tu papá que todavía te sigue mostrando un camino.
“Entonces ha sido bonito, poder tomar desayuno juntos, chanchear, porque él dice ‘me voy a salir hoy día’… En realidad se sale todos los días. Come todo lo que no debería comer, hace todo lo que no debería hacer. Y yo le dije ‘no sé cuánto tiempo nos queda juntos, vive la vida como quieras’.
“Es mi pensamiento, tal vez es súper irresponsable. Además la decisión última la toma él como ser humano individual, responsable, ya está grande, tiene 76”
Eduardo Fuentes: “Llega un momento en que se invierten los roles y nos vamos convirtiendo en papás de nuestros papás, pero no podemos tener el mismo nivel de severidad que tiene aquel que cría.
“Uno no puede pretender que piensen como uno. Y que hay un minuto en que uno siente que la vida se va como agua entre los dedos y también es legítimo que lo quieren disfrutar”
Constant: “Eso no me pasó. Lo tuve súper claro desde el día uno. A veces los hijos creemos tener la razón y no es así. Desde el día uno yo me enfrenté al mundo médico y les dije ‘él va a vivir conmigo, pero él es mi papá, la decisión que él tome es la decisión que yo voy a respetar, porque yo soy su hija’.
“Peleamos por tonteras, peleamos por dónde va a poner la mesa y no sé qué. Pero en decisiones sobre él, él es un ser humano grande y le debo respeto. Y le tengo mucho amor, por lo tanto las decisiones las toma él. Y mi casa es su casa.
“En algún minuto yo le decía ‘pero papá, ¿cómo te vas a traer la mesa del comedor?’. Y después entendí que obvio poh, si es su mesa del comedor. Ha sido un camino de aprendizaje para los dos. Él también, poder confiar y no controlar todo, y entregarse a una hija que conoce muy bien. Pero es distinto vivir a estas alturas de la vida con esa hija.
“Me siento súper afortunada. Como todo en la vida, hay días buenos, hay días malos, hay días fabulosos que tú quisieras que duraran más de 24 horas.
«Yo me rajaría llorando en este minuto, pero no lo hago por él, porque yo a él no le tengo pena… Pucha, me salen lágrimas igual. Yo le quiero decir que estoy feliz de que Dios me haya dado esta oportunidad.
“Los tiempos de Dios son perfectos. La vida es perfecta. Antes yo trabajaba muy temprano, estaba prácticamente todo el día fuera de mi casa y ahora tengo el tiempo para ver a mi papá. Para ocuparme de todas las cosas médicas, porque por Dios que también nos ha costado.
“De cómo te cuesta tanto, que tienes que pelear el Auge, tienes que pelear horas médicas, que te pesquen, que te atiendan, en fin. Pero uno la saca adelante. Y cada vez que mi papá se tiene que hacer algo yo le digo ‘da las gracias, por lo menos tú estás recibiendo un tratamiento’.
“Y con eso lo saco adelante. Él se hace diálisis, son cuatro horas cada vez que va a la diálisis. Yo tengo esperanza, tengo fe y aprovecho el minuto a minuto”.