«¡Tóxico!»: Maite Orsini se juntó con «Mago» Valdivia
«Pero si es tóxico poh… Hay que decirlo: ¡es tóxico!», fue la conclusión que sacó la panelista de Hay Que Decirlo, Vale Saini, sobre la relación de Jorge «Mago» Valdivia y Maite Orsini. Porque este miércoles la diputada de 36 años fue paparazzeada, de vestido rojo, y no de ese rojo que pasa piola, con escote en la espalda, llegando a tomarse un café con el ex futbolista de 41, formalizado dos veces por presunta violación y quien cumple con arresto domiciliario nocturno.
Orsini y Valdivia fueron pololos. Partió como un triángulo con Daniela Aránguiz y escándalo. La política declaró su amor a los cuatro vientos en la revista Velvet y en La Divina Comida, grabada en su nido de amor, el departamento que compartían. El «Mago» la acompañó de la mano cuando Maite arribó a tribunales por la querella que interpuso contra Daniela Aránguiz, madre de los dos hijos de Jorge.
Pero cuando, hace un mes, surgió la primera acusación por supuesta violación contra «El Mago», Orsini guardó silencio. Sus asesores hicieron saber que hace rato que ya no estaban pololeando. Adiós a las palabras con cariño.
La semana pasada, además, fue citada a declarar por las denuncias contra su ex pareja, y «la declaración de la parlamentaria frenteamplista ayudó a los persecutores a reforzar la tesis para realizar las imputaciones contra el exfutbolista», publicó La Tercera
Por eso, los panelistas de programas de farándula pusieron el grito en el cielo con las fotos que publicó Publimetro y el video que puso en pantalla Que Te Lo Digo de Maite de rojo rumbo al café con Jorge y contaron que la parlamentario están con licencia médica por una semana.
Nacho Gutiérrez afirmó en Hay Que Decirlo: «Lo que pasa es que, si la vocera de la víctima dice que el testimonio de la diputada Orsini ayudó a la fiscal, a la línea de tiempo, ¿por qué hoy día tenemos imágenes de ellos dos juntos? ¿Por qué, si vas en contra mío en un testimonio el viernes… ¡Qué voy me voy a juntar contigo!».
Fue entonces cuando Vale Saini resumió: «¡Es tóxico!»