Lo más guachaca, penoso y magistral de la quinta noche festivalera
Leyenda
Si antes fueron Sting, Elton John y Tom Jones, anoche Rod Stewart -VEA AQUI LA GALERIA DE MEJOR Y PEOR VESTIDOS DE LA JORNADA- se sumó al cuadro de honor de las leyendas en inglés que han pasado por la Quinta Vergara. El lujo que nos regaló esta versión. Un clásico por el que vale la pena todo el certamen. El intérprete de clásicos que nunca morirán y están inscritos a fuego en la historia de la música pop, se lució. Tiene 69 años y el fuego dentro. Su voz es una de las reconocibles del planeta. Su carisma, tremendo. Su vestuario de corte inglés, envidiable. Su grupo, impactante. Fue una clase magistral. Con el regalo extra de su hija, Ruby, una rubia altísima con look de modelo que cantó con su papá rockero el himno Forever Young.
Fome
Gigi Martin fue el humorista. Y el debut del intérprete de “Melón” en la conocida dupla Melón y Melame, junto a Mauricio Flores, pasó la prueba, apenitas. Una ola de comentarios en Twitter señaló que era “fome”. Que se trató de una rutina “repetida”. Que no supo “rematar” bien los chistes. Y que le dieron los trofeos por “respeto”, porque es “buena persona”. No por su show. Y tienen razón.
Diva
Paloma San Basilio es un tesoro que hay que cuidar. La española es una artista de aquellas que ya no quedan. Una diva de la canción en español. Su puesta en escena mezcla el glamour de antaño, el dramatismo de una actriz y la energía y sentimiento de una cantante única. Fue una performance con clásicos de radio AM al más alto nivel. Otro gran momento de este certamen.
¡A bailar, a bailar!
La Sonora Palacios es un espectáculo. Un gran conjunto. Ellos tocan la cumbia que se baila en el matrimonio, para el 18 de Septiembre, en la fiesta de fin de año. Joyas como el Negro José o Un Año Más. Son el grupo símbolo de las cumbres guachacas. Y tienen espíritu popular, pero mezclado con una elegancia como ninguno en su categoría. Con el vestuario pulcro, el gesto perfecto. Son un concepto. Forma y fondo trabajado y pulido. Un gusto. La Quinta de se rindió a su ritmo sabrosón.
