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Patricia Maldonado en una imagen tomada de la pantalla de Tal Cual, en TV+, y otra del accidente, tomada de Twitter.

«Yo agradezco que no estuviera (su marido) Jorge, porque uno de los dos se mata. Y tengo la impresión de que Jorge habría sido el perjudicado…», relata Patricia Maldonado sobre su accidente

Autor: Equipo Glamorama / 13 julio, 2023

«Yo agradezco que no estuviera Jorge, porque uno de los dos se mata. Y tengo la impresión de que Jorge habría sido el perjudicado», dice Patricia Maldonado sobre el que hubiese ido sola, sin su marido Jorge Pino, quien generalmente la lleva, durante el accidente que sufrió hace un mes.

Durante una entrevista en Podemos Hablar la comunicadora de 72 años relató el segundo a segundo de lo ocurrido. Este fue su relato, según recoge el sitio Mira Quien Habla:

“Me levanté a las 5 AM, porque yo tengo que tomar la carretera en la ruta 68, temprano para poder irme a TV+, porque si no, no llego a la hora. Es una ruta de mucho taco, sobre todo lunes y viernes, ni te digo. Entonces hay que tomar la carretera temprano para evitar los tacos y los accidentes.

“Me levanté a las cinco, me bañé, maquillé, tome una tacita de café con leche, tomé mi vehículo y tomé la carretera. Venía ensayando mi monólogo (de su actual café concert). Cuando de repente, no me preguntes qué pasó, el vehículo pierde el control. Había agua en la carretera, había charcos de agua, pero no era tema. Lo que sí era tema era la neblina, que tampoco en ese momento para mí era tan espesa.

“Generalmente andamos los dos, él (Jorge Pino, su marido) me lleva y él me trae, pero en este último periodo peleamos mucho. Yo agradezco que no estuviera Jorge, porque uno de los dos se mata. Y tengo la impresión de que Jorge habría sido el perjudicado.

“El vehículo se estrella contra la barrera, esas que separan las vías, y de ahí yo no sabía qué pasaba. El vehículo iba cayendo y yo me afirmaba al volante. Eso no lo solté jamás. No lo pude controlar, como que el vehículo se paró en los dos neumáticos y se pegó la primera vuelta, y la segunda, hasta llegar a ocho.

“Cuando yo iba cayendo, y cae el jeep, y me quedo con los asientos encima, amarrada al cinturón, porque el asiento se vino completo para acá, yo quedé abajo de la guantera, con la ventana aquí.

“¿Cuál era mi susto?: yo necesitaba encontrar el cinturón para sacármelo, porque tenía miedo de que explotara el jeep, porque sentí en varias vueltas que el jeep como que raspaba el suelo y se daba vuelta. Pudo haberse prendido, pudo haber estallado.

“Me solté. No podía salir por la ventana, era muy estrecha. Pero al mismo tiempo me di el trabajo, en ese minuto, de tomar la cartera que cayó junto conmigo, y de llamar a la Argandoña.

“En ese minuto viene una niña que decía ‘soy enfermera, los puedo asistir’. Se acerca al auto y se encuentra conmigo.

“Me dicen ‘tiene que taparse la cara porque vamos a romper el vidrio’. Me sacan en una camilla amarrada, ahí tengo recuerdo de todo.

«Me sentía indefensa, inválida, me sentía dependiente, y si hay algo que me molesta en la vida es tener que depender.

“Pasé varias noches en vela. Pero todo esto a mí no me hace nada. Yo aguanto el dolor y todo por una razón, porque hoy día puedo ver el sol, la lluvia. Estoy viva, entonces, dentro de todo, soy una agradecida».