La madrugada en que los hoy pololos Maca Pizarro y Humberto Sichel se destaparon bailando en Viña
Hace cuatro años los hoy pololos Maca Pizarro y Humberto Sichel ya tenían onda. Al menos en la pista de baile.
Hoy los rostros de las noticias de Chilevisión confirman en el diario LUN que están saliendo. La relación se hizo hecho oficial hace un tiempo.
Sin embargo, en febrero de 2015, en la fiesta de clausura del Festival de Viña que entonces organizaba Chilevisión -certamen en el que ambos fueron promocionados como rostros que el canal privado- llamaron la atención.
Los invitados a la celebración de CHV comentaban la química de la pareja de periodistas en la pista de baile, donde fueron pura energía. Glamorama reportó lo ocurrido en la siguiente crónica, que reproducimos tal cual se publicó en ese momento:
«La pregunta en la fiesta con que Chilevisión cerró el Festival de Viña 2015 era cómo Maca Pizarro podía bailar tanto, hasta la madrugada, con esos altísimos tacos. Pero lo hizo. La mujer ancla de las noticias en el canal privado no descansó ni un minuto. Fue la reina de la pista de baile hasta el amanecer. Su compañero fue Humberto Sichel .
La gran celebración de cierre del certamen efectuada por el canal organizador se llevó a cabo en un salón de eventos del segundo piso del Hotel Gala. Hubo muchos rostros, pero Maca se robó las miradas con un vestidito negro tipo jumper de lo más sexy. Fue la reina de la fiesta. Alegre e imparable junto a Sichel.
También llegó Carola de Moras, que se sacó ese estructurado diseño copiado de Donna Karan que usó en la última jornada del certamen y los cambió por unos jeans ajustados y una chaqueta corta.
Marcela Vacarezza y Carola Mestrovic estaban radiantes, a pesar de que el festejo prendió pasadas las tres de la madrugada. Eso sí que Julio César Rodríguez, a esas alturas, ya andaba sin pilas, como se notó en pantalla en el último Fiebre de Viña, donde salió con el rostro destruido, la voz gangosa y anteojos oscuros.
La fiesta estuvo en llamas, con música de los ’80 y los ’90. Los ánimos de apaciguaron sólo cerca de las 7 de la mañana, cuando Rafa y Marcela y Carola entraban a sus habitaciones destruidos, pero felices».
