La fallida cita por Tinder de Cata Guerra: «‘¿Es el que viene ahí? ¡No! Por favor que no sea’. Era como el primo en tercer grado del que salía en la foto…»
“Mis hijos me van a odiar porque me tienen prohibido que cuente estas historias. Yo me metí en Tinder, pero quiero hacer como un estudio sociológico de esta cuestión…», comenzó diciendo Cata Guerra.
La actriz de 51 años se contactó con Socias, el programa de Begoña Basauri emite por Instagram. Allí contó cómo fue su primera vez, cómo ha abordado el tema de la sexualidad con sus hijos y su experiencia con la red social de citas. Así continuó su relato con respecto a este último asunto:
«He tenido hartos pololos, pero relaciones largas, no soy de andar picoteando. Me hubiera gustado ser un poco más libre en el sentido de poder tener relaciones un poco más intermitentes, pero siempre he estado bajo el compromiso o el pololeo o estar enamorada.
“De repente dije ‘¿sabí qué más? Sexo sin amor, ¿por qué no? Ya estamos grandes’. Y me metí en Tinder porque una compañera de trabajo que no puedo decir su nombre, pero se llama Solange Lackington, me dijo ‘métete Cata’. Porque ella estaba con un pololo que conoció y después el tipo se vino… En Aruba lo conoció y le había funcionado perfecto -aquí, la historia de amor de Lackington-.
“Entonces le dije ‘ya, ¿pero uno pone la foto de uno? Así como Cata Guerra, soy yo’. Me dice ‘sí poh, sino no tiene ninguna gracia, ¿cómo te vas a hacer un perfil falso?’. Bueno, me metí, empiezo a ver, yo dije ‘¿qué onda esta cuestión? Pero esto es como un supermercado de hombres’. Así como ‘no, no. Ya, puede ser. No, no, no’.
“Empecé a ver un zoológico de gente, de hombres, que yo decía ‘esto no puede ser. Impresentable’. Mucho como con la palmera al lado, con el vehículo. No. De repente salían algunos y de repente ‘match’.
“Hice algunos matchs, me junté con tres. Dos quedaron como amigos de siempre, que nos llamamos por teléfono, nos comentamos la vida, y un tercero que no. No. O sea, yo digo ‘que riesgoso’. No me lo iba a llevar para mi departamento, así que en Pedro de Valdivia un café. Llegué primero como para cachar la onda y empiezo a decir ‘¿es el que viene ahí? ¡No! Por favor que no sea’. Se empieza a acercar y por supuesto que era como el primo en tercer grado del que salía en la foto. Era todo no.
«Era súper híper entusiasta, buena onda. Llegó, se sentó, se apropió de la situación y yo lo miraba… No estaba bañado, venía como de haber trabajado todo el día, medio transpirado, era pleno verano. Dije ‘¿qué hago con este tipo?’.
“Pedimos un café. Yo dije ‘la hago corta, me tomo el café’, y me hablaba y me hablaba de su familia, de su mamá, que había vivido en el sur. Te juro que tenía cero interés, o sea, cuando lo ves y ya cachai que no va a pasar nada.
«Entonces ya poh, me tomo el café rapidito, la hago corta, terminé inventando que tenía que ir al supermercado y que tenía que llevar a mis hijos a la casa. Pero no quedó contento con el café, sino que se pidió un sandwich y yo lo único que quería era irme para la casa.
“Después me llamaba diciendo ‘oye que bonito el encuentro, ¿cuándo nos podemos ver de nuevo? Que lindo fue conocerte’. Teniendo cero conciencia de lo que había pasado, si era obvia mi cara, mi cara era así (aburrida). No, era cero posibilidad, guácala.
“Me quedé para adentro, además no tengo como… En realidad le tendría que haber dicho todo lo que pensaba, ¿porque qué puedo perder si es alguien que no conozco? Pero yo me porté como una dama que soy. Pero ahí dije ‘no pasa nada con Tinder’.
“Lo que hacía también era que hablaba largo rato, me decían ‘¿eres la Cata Guerra?’. ‘Sí, obvio’. Seguíamos hablando ene rato y después les decía ‘no, yo no soy la Cata Guerra. Ojalá fuera la Cata Guerra. Te he estado engañando todo este tiempo’. ‘¡Weona, no puede ser, te voy a denunciar, eres una impostora, esa weá no se hace!’. Y después les decía ‘sí, si yo soy’. Los tenía locos.
“Me parecía mucho más entretenido la relación virtual que concretar una salida. Encontraba que era muy raro concretar una salida con una persona que tú no conoces, empezar de nada. Pero tener una relación virtual en el fondo es lo que tú quieres de esa relación, porque no sabes si es verdad, si es una mujer, no tienes idea quién está al otro lado”.