«Joaquín era el que me tenía más fe…»: el momento más crítico de Fran García-Huidobro
«Tengo una imagen muy clara de una enfermera que me decía si quería recibir la Comunión, lo que entiendo que significa que uno ya está pedido», contó Fran García-Huidobro en el último capítulo de Podemos Hablar sobre el momento en que estuvo al borde de la muerte, en diciembre de 2019.
Entonces la animadora fue internada de urgencia en la Clínica Alemana debido a una falla renal. Su salud se complicó, tuvo una falla sistémica y pasó 22 días internada.
García-Huidobro y Julio César Rodríguez, también invitado al programa, realizaron un emotivo relato sobre la crítica situación que enfrentaron junto a su hijo Joaquín, de 15 años:
Fran García-Huidobro: “Yo divido mi vida en antes de diciembre de 2019 y la actualidad. Y siento que perdí una parte de mi vida en ese momento.
“Estuve mucho rato enferma, muy enferma. Julio es testigo privilegiado de aquello. Y la sensación es que pensar que no iba a volver es una pérdida que hasta el día de hoy me persigue, pero que me sirve porque me hace levantarme todos los días con ánimo, agradecida.
“Hay ciertas cosas de mi cuerpo que todavía no recupero. Todavía tengo algunos problemas en las articulaciones. Y me imagino que la gente que ha pasado por el Covid y ha estado mucho tiempo internada le pasa lo mismo. Así que siento que es un dolor y una pérdida que no voy a recuperar nunca, pero que me sirvió para ser mejor persona.
“De hecho, todavía hago esto, porque tengo la sensación de que se van a dormir las manos (se las toca permanentemente)”
Julián Elfenbein, animador del estelar: “¿Cuál es la imagen que se te viene cuando recuerdas ese período?”
García-Huidobro: “Tengo varias imágenes. Hay algunas que tengo bloqueadas y que después de algunas terapias pude volver a ver. Tengo imágenes muy claras de mi papá y de mi mamá que, dicho sea de paso, no se llevaban muy bien y ahora se llevan mejor.
«Tengo imágenes de Julio César. Tengo imágenes de mi hijo. Tengo una imagen muy clara de una enfermera que me decía si quería recibir la comunión, lo que entiendo que significa que uno ya está pedido.
“Pero la imagen más clara que tengo es la de Joaquín. Porque no querían que Joaquín entrara a verme. Yo estaba muy mal. Nadie quiere que un niño de 13, 14 años, vea a su mamá en esas condiciones. Y lo dejaron entrar. Y Joaquín me dio la mano y le dije ‘no me sueltes, no me sueltes, no me sueltes’. Y miraba, insisto, como media inconsciente esto alrededor mío, focos, mangueras, los brazos llenos de moretones, yo muy flaca, más que ahora, y sí tengo la imagen de Joaquín mirándome y yo con la certeza de que no podía dejarlo solo.
“Y escuchando a Julio hablando con mis papás. ‘¿Qué vamos a hacer? Que venga la familia’. Uno tiene como, no sé si ustedes han estado en una circunstancia como esa, pero uno tiene recuerdos medio vagos de conversaciones, diálogos de quienes estaban ahí. Y la imagen de Joaquín entrando a la UTI y tomándome la mano es imborrable para mí. El lindo, maravilloso y talentoso Joaquín”
Elfenbein: “¿Te emociona esto, Julio? Porque participaste de ese proceso”
Julio César Rodríguez: “Más que me emociona, es súper duro ese momento porque es súper inesperado. Tú a veces estás preparado para muchas cosas, esto básicamente no lo vimos venir, si pudiera decirlo de cierta forma. Era, no sé cómo explicarlo, a veces hablo con Joaquín de esto…
“Fue como una pesadilla, porque fue de 0 a 100 de un momento. No es como alguien que esté enfermo. Es como que la Fran estaba resfriada. ‘Está resfriada la Fran’. Y de repente está en la clínica. Y de repente está mal y tiene problemas sistémicos, fallas sistémicas. Era una pesadilla, porque cada día era peor.
«Tú nunca estás preparado para que un día lunes habláramos y la Fran te diga ‘si estoy resfriada’, y uno le decía ‘anda al médico’. ‘No, ¿para qué?, si me voy a tomar unos paracetamol’.
“Y de repente corte directo, diez días después, junta de médicos, todos afuera. Fue como ‘¿qué es lo que es esto?’, ¿por qué pasa esto?’. Entonces eso que haya sido tan inesperado también le ponía un elemento muy fuerte. Siempre que hay un hijo de por medio…”
Elfenbein: “¿Qué le decías a Joaquín tú?”
Rodríguez: “Yo me llevé a Joaquín a vivir conmigo, y al perro de la Fran, ‘Víctor’, y nos fuimos a la casa. Es que Joaquín siempre estuvo aislado de la verdad. Era como ‘¿quieres ir a ver a tu mamá?’. Nos quedábamos afuera, la veíamos de afuera. Pero él, como es vivo, empezó a cachar cómo era la cosa, que no volvía a la casa, que la cosa pasaba de verla a verla menos, después a no verla y que la cosa era más grave.
“Ahí un día conversamos y le dije que la mamá estaba bien enferma. Pero él bien maduro, fijaté”
Elfenbein: “¿Qué te dijo?”
Rodríguez: “Que iba a salir. Era el con más fe. Uno entiende que también evade, era chico, es chico, pero era más chico. Me dijo ‘papá, tranquilo, mi mamá va a salir’. Difícil…”
García-Huidobro: “Tenía razón igual Joaquín (llora). Era el que me tenía más fe”
Rodríguez: “Sí, siempre. Un día llego súper bajoneado. Había una junta médica. Además era el único que no era de la familia”
García-Huidobro: “Eso era lo más loco. Estaba mi papá, mi mamá y Julio”
Rodríguez: “Entonces entré, porque con la familia de la Fran siempre nos hemos llevado muy bien. Con todos. Y me dejan participar y yo también quería participar. Sucedía que fue muy difícil, muchas decisiones. La familia de la Fran estaba súper unida porque estaban todos los hermanos, papás, toda la familia, y conversamos. Y ese día llegué un poco bajoneado a la casa.
“Joaquín me vio así y me dijo ‘papá, ¿qué pasa?’, y conversamos. Y él me dijo ‘no, papá, mi mamá va a estar bien’. No me voy a olvidar nunca. ‘Yo la veo y sé que va a estar bien’, me dijo, ‘no te bajonees… Y vamos a verla mañana’. Y ese fue el día que la fuimos a ver, porque habíamos tenido como tres o cuatro días que no la fuimos a ver.
“Y me dijo ‘va a estar bien, papá, cálmate’. Fuimos a verla. Entró y ahí le tomó la mano. Y empezó a remontar la Fran de a poco”.