«Todas las noches agradezco a Dios…»: el testimonio de amor de Raquel Argandoña a su madre durante el año de pandemia
«Tengo la suerte de que una de las ventanas de mi departamento da al balcón de ella. Entonces, de repente le digo ‘Mamá, ¿sabí qué? Te quiero ver’. Y ella se asoma a la terraza con un paño amarillo, porque yo vivo en el piso 11 y ella en el piso 7, casi al frente. Me ve y yo le digo ‘mamá, estás linda’. ‘Ay, cuídate’, me dice. Le digo ‘mamá, no recibas visitas porque no quiero perderte’”.
Esto es parte de lo que contaba Raquel Argandoña en Bienvenidos sobre su madre, en marzo de 2020, cuando recién se iniciaba la primera cuarentena frente a la pandemia.
Con la llegada del coronavirus el cuidado de su mamá fue prioridad para la comunicadora que este sábado anunció el fallecimiento de Eliana de la Fuente, de 93 años.
Argandoña expresó en repetidas ocasiones el inmenso amor que sentía por su mamá, a quien los televidentes pudieron conocer en el docureality Las Argandoña, que emitió TVN en 2012.
La figura televisiva detallaba lo siguiente en el matinal de Canal 13, hace más de un año:
“Hay días más sensibles que otros. Hoy es un día sensible porque tengo a mi viejita, que tiene 92 años, a la cual yo iba normalmente por lo menos dos veces al día a verla.
«Entonces, el tener miedo de poderla contagiar, de no poder ir a verla, darle un besito, darle un abrazo, te cuestionas mucho.
«La gente joven es un poco inconsciente en el sentido que no aguanta mucho quedarse en la casa, se reúnen en otras casas en reuniones sociales y eso está mal. Menos mal que los míos han tomado conciencia, no han ido a ver a la abuela, pero es rico de repente darle un abrazo.
«A veces muchas cosas que a nosotros nos parecen simples, momentos simples, no los aprovechamos. Tomamos el celular en vez de estar con la gente.
“Hoy día te escuché en la mañana (a Tonka), cuando decías que terrible es cuando un ser querido se va y no poder estar las últimas horas o los últimos días con ellos, darles un abrazo. Entonces hay que ser súper conscientes. Yo sé que quiero abrazarla, quiero ir a verla, quiero darle besos, pero es un paciente en riesgo. No puedo”.
A inicios de mayo de 2020 Argandoña puso volver a visitar a su madre y agradeció en su Instagram el traje protector de plástico que le regaló el alcalde de Las Condes Joaquín Lavín.
Meses después, en el mismo programa, en medio de una discusión sobre el respeto a las medidas sanitarias y cuarentenas, la comunicadora replicó a la doctora Carolina Herrera:
«Ustedes como profesionales de la salud entienden eso, pero para el ser humano normal se nos olvida. Porque yo voy a ver a mi mamá y me olvido. Tiene 93 años, ¡¿cómo me voy a privar de abrazarla y de besarla?! ¡Eso es imposible doctora! Perdonemé, yo lo digo en mi práctica. Es imposible».
En tanto, en diciembre pasado se refirió a la celebración pre Navidad que le organizó a su mamá:
“Siempre yo hablo con mi hermana ‘¿será la última Navidad con mi mamá?’, y todos nos dicen ‘tú mamá está más paradas que ustedes dos’. Todas las noches agradezco a Dios y siempre le digo ‘si no va a estar así como la vemos ahora, llévatela en el sueño’.
“Todo lo que hemos podido se lo hemos dado en vida. No digo solamente lo material, sino que la compañía, la llamamos todos los días. De repente ella se pelea con mi hermana, yo hago el nexo de ponerlas en la buena. De repente yo, porque soy más drástica, mi mamá no juega mucho conmigo porque yo digo las cosas pan-pan, vino-vino. A mi hermana la manipula un poco, pero lo pasamos muy bien.
«Ella nunca nos pide nada, salvo cuando yo le voy a cobrar la jubilación, cuenta hasta las monedas. ‘Mi aguinaldo navideño’. ‘Ahí está tu aguinaldo mamá’. Está súper clever en su cabecita, yo creo que es gracias al cola de mono, al pisco sour y a la copita de vino que se toma todos los días.
“Hay una cosa curiosa, nunca se acuerda de mi papá. Es que mi papá era muy vividor, dice ‘¿cómo estará allá?’. Yo nunca le he visto una lágrima, pero siempre tiene la foto de él, de repente saca los álbumes, ‘recordemos lo que éramos todos como familia’. Y recordar anécdotas, recordar peleas, eso a ella le hace muy bien a los 93 años».