«Aquí hay un nexo de cariño profundo. Y se generó porque me vieron crecer, me vieron caer, me vieron ser altanera, me vieron llorar…», dice Cecilia Bolocco en el lanzamiento de su perfume Regina
“Yo hago lo que ustedes quieran. Les hago caso en todo. ¿Dónde me paro?”, decía Cecilia Bolocco al ver a una decena de medios radiales, televisivos y escritos. “Miren que son tiernos. Me ayudan…”, agradecía.
La ex Miss Universo, que hace unos días cumplió 57 años, visiblemente emocionada, protagonizó este jueves el lanzamiento de su nuevo perfume Regina en una multitienda del Costanera Center.
Fue una conferencia de prensa que empezó a eso de las 17 horas y que duró alrededor de 40 minutos.
Bolocco habló sobre su fragancia, reflexionó sobre su vida, la enfermedad de su hijo, su relación con Pepo Daire y recordó momentos claves a 35 años de haber ganado el certamen de belleza en Singapur.
Acá sus frases más destacadas:
“Estoy aquí, frente a ustedes, emocionada. Hacía muchos años que no nos veíamos las caras. Yo he pasado por situaciones bien complejas y duras, pero también muy bellas.
“Los perfumes tocan mi esencia. Los olores son evocadores. Te llevan, te transportan, te conectan contigo, con emociones, con lugares, personas especiales.
“Yo crecí frente a las cámaras. Mi vida, no solo como figura, sino mi familia, incluso la vida de mi hijo, razón por la cual decido salir de la televisión, que era mi oficio, para resguardar su privacidad. Necesitaba un momento de privacidad con él para que se criara como un niño común y corriente.
“Tomé decisiones fuertes, complejas y difíciles para mí. Pero estoy muy orgullosa de haberlas tomado.
“Lo que sí me pasó, y no lo tenía presupuestado, es que esa exposición, que en algunos momentos fue cruenta, dura, algunas veces invasiva, también generó un vínculo con la gente muy potente, que yo creo que lo he sentido más vivo que nunca cuando mi hijo enfermó.
“Esas cadenas de oración lo salvaron. Produjo el milagro. Sentí de verdad un nexo que no tiene que ver con el nexo que una figura tiene que ver con el público.
“Aquí hay un nexo de cariño profundo. Y yo creo que se generó porque me vieron crecer, me vieron caer, me vieron equivocarme, me vieron hacer tonteras, me vieron ser altanera, me vieron llorar, también reír. Me vieron de todo. Como una madre mira a su hijo mientras crece…
“Sacar Regina, justo para el aniversario de los 35 años (de ser Miss Universo) es un regalo. Es un aroma que evoca a la Flor de Mayo, una flor que inunda Paris en esta época… Y evocan la inocencia que tenía aquel mayo en Singapur, esa cosa fresca, florar, que te hace soñar.
“Yo recuerdo mucho a mi madre en el Mes de María poniéndole flores a la Virgen. Y luego, durante todo el proceso de la enfermedad de Máximo, yo sentí muchas veces ese aroma a rosas que inundaba la habitación de Máximo. Y me despierta mucha ternura. Me despierta, me emociono. Me hace sentir amor.
“El Miss Universo marca mi vida drásticamente. Se produce un punto de inflexión, sobre todo por la edad que tenía. Uno se transforma en una persona pública… Era una niña llena de sueños que había competido en un concurso de belleza que se convirtió de la noche a la mañana en una persona pública.
“Me ha ayudado todo lo que me ha pasado en mi vida. Mi vida no ha sido muy color de rosa. Pero la vivo como color de rosa… La vida hay que disfrutarla, aunque esté viviendo el momento más duro. Más complejo.
“Siempre he buscado algún pretexto para reír. Eso me ha forjado. Y la vida hay que disfrutarla y hay que ser valiente, muy valiente, pero hay que seguir lo que te dicte el corazón. Es una frase muy cliché. Pero mucha gente nunca se ha preguntado qué es lo que quiere y lo que la hace feliz, lo que le apasiona… Uno tiene que aprender a conocerse. Los dolores te van forjando”.