Karol Lucero y su ahijada Martina, fallecida en 2015: «Es una historia muy linda y que tiene de por medio un milagro. La conocí cuando tenía cinco años. Y su último deseo era conocerme…»
«Es una historia muy linda y que tiene de por medio un milagro. La conocí cuando tenía cinco años. Y su último deseo era conocerme», relató Karol Lucero sobre Martina, la niña a la cual apadrinó. La pequeña falleció en diciembre de 2015.
En un capítulo del late Buenas Noche a Todos emitido hace tres semanas el comunicador recibió una carta escrita por la madre de la niña. Lucero la leyó con emoción:
“Querido Karol. Mientras pienso en cómo comenzar a escribirte esta carta se me viene a la mente la sonrisa de mi hija en cada visita a Santiago, o cuando para el 18 de Septiembre llegó a sorprendernos a nuestra casa.
“Fueron tantos los momentos que hoy atesoro en mi corazón, al igual que mi gratitud y agradecimiento hacia usted por toda esa alegría que le entregó a mi hija mientras estuvo en vida. De igual manera toda ayuda financiera que nos entregó para pañales, exámenes, viajes, y miles de cosas que no estaban a nuestro alcance como padres.
“Como siempre le digo en los mensajes que le envío, disfruto con todos sus logros. Soy feliz de la maravillosa persona que aún sigue siendo. Y lo más importante, que el tiempo ni la distancia pueden borrar el cariño que le tenemos.
“Me despido enviándole todo mi amor a la distancia. Y espero que un día, no muy lejano, podamos vernos y abrazarnos, porque déjenme decirle que nuestro cariño y admiración hacia usted sigue intacto.
“Franco y Barbi le envían cariños. Mi esposo, Claudio, está enormemente agradecido de todo lo que nos ayudó y, por encima de todo, de esa alegría y felicidad que le entregó a nuestra Martina. Se despide, Alexia’”.
Luego, Lucero expresó: “Esta es una familia a la que quiero, estimo mucho, que vivimos muchos momentos maravillosos y a quienes les he agradecido, afortunadamente en persona.
“Y hoy lo puedo hacer públicamente como lo he hecho en otras ocasiones, la posibilidad de compartir con una niña que lo único que me entregó son buenas lecciones. Y que me hace pensar que todo lo que me ha ocurrido no es nada comparado con lo que viven muchas personas que hoy día están siendo diagnosticadas de alguna enfermedad, o alguna persona que se le quemó la casa, viviendo un portonazo, viviendo alguna situación de violencia.
“Es una historia muy linda. Y que tiene de por medio un milagro. Conocí a Martina cuando tenía cinco años. Ella escribió una carta al canal, a Chilevisión, porque trabajábamos en Yingo. Yingo acompañaba a muchas familias, a niños, adultos mayores que nos veían.
“Y el sueño de ella, su último deseo, era conocerme. Y tenía una petición especial. Mandó una carta y dijo ‘quiero que Karol esté vestido de príncipe y yo de princesa, para conocerlo’. Entonces, llegó esta carta al canal. La seleccionaron. Me informaron. Yo estuve muy feliz de poder hacerlo.
“Y recuerdo que cuando conocí a Martina y su mamá, me pidieron que estuviésemos juntos. Quise estar allí acompañándola sin saber cuándo me iban a dar esa noticia que uno nunca espera recibir. Y el tiempo comenzó a pasar. Y Martina cada vez comenzó a estar mejor. Creció su pelo, venía a Santiago. Un día, recuerdo, que pude hacer un rol que nunca había tomado, porque no era tío ni soy padre todavía. Salimos solos. Fuimos a Kidzania. Fue un momento muy lindo.
“Y a Martina le comenzó a crecer el pelo. Cumplió seis, siete, ocho, nueve años, después de estar desahuciada a los cinco, y me hizo inmensamente feliz poder compartir, aprender y enseñarme a que los problemas que nosotros nos hacemos son tan ínfimos…
“Y tener esa posibilidad de compartir, aprender, y conocerla, es lo que más le agradezco a la familia Muñoz Mendoza. Les aprovecho de mandar un abrazo. Son de Cañete”.