«Yo le decía a mi marido ‘esta es la oportunidad de una mejor calidad de vida para nuestra hija, Santiago está peligroso…'»: la nueva vida de Yamna Lobos como gerenta de la Corporación de Deportes de Temuco
«Una vida que me cambió completamente», dice Yamna Lobos, refiriéndose a su trabajo como gerenta de la Corporación de Deportes de Temuco.
La bailarina de 40 años que se hizo conocida en Rojo, y Técnico Superior Deportivo, aceptó la oportunidad y viajó junto a su marido, el ingeniero en informática Rodrigo Ramírez, y su hija de tres años, en 2022.
Ahora, de visita en Santiago, estuvo en Buenas Noches a Todos, late de TVN donde relató como se gestó el cambio de vida:
«Siempre he sido súper extrema en la vida y lo sigo siendo. Tomé una decisión desafiante, una oferta que fue desafiante y ahora estoy encaminada en eso. Viviendo en el sur con mi familia, la que formé. Lejos del apoyo, la contención, pero bien, contenta.
“Yo una vez lo tiré como talla: estaba en la universidad, entré a estudiar actividad física y deporte, y la directora de la carrera dice ‘¿y ustedes por qué quieren estudiar esto?’. Y yo dije ‘quiero llegar a ser la ministra del deporte’, y todos se rieron. Pero bueno, la vida te va indicando los caminos.
«Entré a estudiar porque quería complementar lo que ya tenía, el baile. Quería hacer algo como para poder entrenar bailarines, era mi propósito, y en el transcurso de la vida empecé a ver otras cosas también.
«El primer nexo que tuve con Temuco fue por un proyecto artístico que estaba encabezado por el departamento de educación en conjunto con el municipio. Fue la primera vez que me junté con el alcalde y con todo el equipo. Este proyecto se fue postergando, como que avanzaba y no.
“Me piden el currículum y me llaman para ofrecerme este trabajo, que yo cumplía con todos los requisitos. Cuando me llegó esta oferta dije que no altiro, ‘porque no puedo. O sea, yo estoy acá en Santiago’. Era para mí inviable en ese momento irme a vivir a Temuco.
“Lo primero que pregunté ‘¿yo puedo trabajar desde acá?’. ‘No’. ‘Entonces no lo puedo tomar’. Pasan unos días, ‘piénsalo bien’. ‘No. De verdad que no puedo, tengo mi vida aquí’. Y a la tercera oportunidad, que me junté con el alcalde acá en Santiago y me conversó, ‘estuvimos estudiando tu perfil y encajas perfectamente en este puesto de trabajo’.
“Ahí dije ‘quizás, puede ser, es una buena oportunidad para mí’. Y porque también nosotros como familia estábamos buscando otras alternativas donde irnos a vivir en Santiago. Obviamente nunca pensamos en irnos al sur, pero se lo planteé a mi marido, ‘es una buena oportunidad laboral para mí, yo ya estoy dejando un poco de lado el baile’.
“Al principio no, porque cómo nos vamos a ir tan lejos, él tiene su trabajo en Santiago. Empezamos a tener reuniones, él me acompañó a Temuco a ver donde yo iba a trabajar posiblemente y tener reuniones con el alcalde, para conversar cosas importantes que tienen que ver con la familia.
“Me empezó a entrar el bichito y me empecé a convencer un poco más. Le decía a mi marido ‘quizás esta es la oportunidad de buscar una mejor calidad de vida para nuestra hija, Santiago está peligroso’. Empecé a convencerlo y me dijo ‘bueno, veamos qué pasa, toma la oportunidad y veamos cómo nos acomodamos en el camino’”.