Millaray Viera rehúye la mala onda de Twitter: «Es una red demasiado iracunda»
Por primera vez desde que en abril pasado tuvo a Celeste, su hija con el ex ministro Marcelo Díaz, Millaray Viera se dio un tiempecito para ella. Fue a la peluquería y se puso más rubia. El proceso y el resultado lo compartió en su Instagram millarayviera, su red favorita desde que Twitter le comenzó a parecer «una red demasiado iracunda».
La cantante y actriz de 29 años debutó con su nuevo look en el evento de Lancôme realizado en el bar La Sociedad de Vitacura, esta semana. Allí contó a Glamorama los detalles del cambio estético y por qué hoy rehúye Twitter.
“Tampoco es tanto cambio. Pero se debe a que no me hacía nada en mucho tiempo, porque fui mamá hace tres meses y durante todo el embarazo no me hice nada. Después tampoco, por tiempo. Entonces, siento que de repente es justo hacerse un cariñito, a pesar de que no es nada del otro mundo. Pero creo que me lo merecía”, dice Millaray.
¿Y por qué rubio?
“Porque no he sido rubia muchas veces. Yo creo que nunca. De hecho tuve mi pelo castaño natural casi toda mi vida, excepto cuando hice Blancanieves, que tuve el pelo negro y que no fue una buena experiencia, porque me veía muy fea. Quise iluminarme un poco. Me sentía un poco apagada, quise darle un poco de vida”
Lo mostró en Instagram. ¿Qué le parece lo que ocurre en esa red social? A veces hay mala onda.
“En mi caso, en Instagram el 95% de los comentarios son con buena onda y cariño. Encuentro que Instagram, al menso en mi caso, es súper noble y súper buena onda. No pasa así con Twitter, por ejemplo. Como que Twitter es más duro, hay más bronca, y en Instagram me llega casi puro amor todo el rato, y lo agradezco. Casi ni tuiteo.
«Lo de las historias (de Instagram), es entretenido tener ese contacto directo con las personas. Por ejemplo, me teñí el pelo y puse ‘¿qué opinan?’. Casi nunca hago preguntas, y me responde tanta gente, y me doy cuenta de cuánta gente me está viendo. Uno no le toma conciencia”
También hay un poco de mala onda. ¿Qué hace ante eso?
“Es que en el caso de Twitter encuentro que es demasiado, como que trato de evitarlo un poco. ¿Para qué hacerse mala sangre? Y en el caso de Instagram, de verdad que se da muy poco y generalmente no pesco. Ni siquiera borro comentarios, a no ser que sea descaradamente venenoso, y ahí, chao bloqueo nomás. Pero generalmente dejo los comentarios más o menos también, me da lo mismo”
¿Entonces cambió Twitter por Instagram? ¿Quiso salir un poco de esta mala onda?
“No, igual me sigo metiendo en Twitter para informarme de ciertas cosas. Pero siento que es una red demasiado iracunda. Instagram todavía es una red súper buena onda, solo recibo buena onda ahí. No es que haya dejado Twitter por completo, aunque casi no tuiteo, pero me siento mucho más cómoda en Instagram. Es que uno se siente más querida”.
