Glamorama

El dolor más grande de Julio César Rodríguez

Autor: Carlos Zúñiga / 5 octubre, 2017

La mayoría de los comentarios en Twitter sobre la entrevista de Julio César Rodríguez en El Cubo dicen que se sorprendieron con el periodista. Que la impresión que tenían del rostro de Chilevisión cambió total y favorablemente.

La edición del espacio conducido por Diana Massis como voz en off alcanzó 17 puntos de rating peak, el mejor de esta segunda temporada de El Cubo, y se quedó con el segundo lugar de la noche, detrás de Mega.

Rodríguez se emocionó muchísimo. Se mostró como un hombre muy humano, sensible y positivo. Lloró gran parte del espacio donde contó su humilde pero feliz niñez, sus orígenes y los grandes dolores que lo han afectado. El mayor de todos fue que su segundo hijo, Pablo, nació con una malformación cerebral llamada Síndrome de Dandy-Walker.

El niño nació durante el primer matrimonio del hombre ancla de los exitosos Primer Plano y La Hermandad, con Susana Flores. Ambos eran muy jóvenes. Rodríguez estudiaba Medicina -carrera que cursó hasta el sexto año- y su esposa también trabajaba en el área de la salud.

Desde los primeros días la guagüa mostró complicaciones y los exámenes determinaron una tragedia: el niño no podría hablar, caminar. Ni siquiera moverse. Lo peor, no podría conectarse con las personas, ni con sus padres. Falleció a los 13 años, en mayo de 2007:

Diana Massis: “Pablito, un niño que nació con una grave enfermedad neurológica. Háblanos de este hijo, de Pablito”

Julio César Rodríguez: “Yo después, cuando me fui a estudiar Medicina, y después me casé…”

Massis: “¿A qué edad te casaste, Julio?”

Rodríguez: “Cuando estaba en Medicina, en quinto, por ahí, y tuvimos a Pablito, que nació con una malformación congénita, un niño especial”

Massis: “Tú estabas estudiando para ser doctor. ¿Cómo recibes esta noticia?”

Rodríguez: “Es brutal”

Massis: “¿Recuerdas el momento cuando le hicieron el diagnóstico? ¿Qué te dijeron, Julio?”

Rodríguez: “Al principio yo pensé que era autista, cuando era bien chiquitito. Susana, la mamá de Pablito, tenía la esperanza de que no fuera algo tan severo, porque estamos hablando de los primeros meses. Sentía que se conectaba súper poco, y Susana, que era muy valiente, decía ‘hagámosle todos los exámenes que hay que hacer’, porque no quería tomar mamadera”

Massis: “¿Tú no querías?”

Rodríguez: “Es que yo soy más relajado y, más que todo, que fluya la vida. Decía que en algún momento se va a conectar. Pero le empezó a costar tomar mamadera, la succión. Y me acuerdo que le hicieron todos los exámenes, los escáner y lo que te imagines.

«Me acuerdo que era un fin de semana largo, tú sabes que la memoria es selectiva, tengo muchas cosas borradas, pero me acuerdo que, por alguna razón, yo fui a buscar los exámenes. Era un viernes a las cuatro, cinco, seis de la tarde, y ya no volvíamos hasta el martes, que era día hábil.

“Fui el viernes, ponte tú que cerraban a las seis, llegué a las seis cinco y me entregan el examen casi por la reja. ‘Firme acá’ y me lo pasan. Lo tomo y me meto al auto. Abro el examen y leo, y lo que decía era terrible, heavy, brutal”

Massis: “Tú lo entendiste todo, por tu formación”

Rodríguez: “Lo entendía todo, decía todo lo que tenía, a malformación, el Dandy-Walker”

Massis: “¿Qué es el Dandy-Walker, Julio?”

Rodríguez: “Es súper técnico. Es una enfermedad cerebral, sus hemisferios funcionaban separados y no conectaba al cuerpo calloso. En el fondo era un niño que tenía un diagnóstico de vida súper cortito, expectativas de vida súper cortitas. Era súper difícil que tuviera conexión, que hablara, que se conectara con nosotros. No tenía ninguna expectativa intelectual, ninguna expectativa de caminar, incluso de moverse súper poco”

Massis: “Todo eso lo entendiste cuando leíste los exámenes. ¿Estabas solo?”

Rodríguez: “Quizás eso no lo decía, pero yo lo entendía. Yo cuando leí sabía todo lo que venía”

Massis: “¿Y qué te pasó?”

Rodríguez: “No sé… No lo sé…”

Massis: “Y después, ¿cómo fue la vida real con él?”

Rodríguez: “Teníamos que mandar a pedir (remedios) a Argentina, porque con todo eso se formaba una epilepsia. Para que no convulsionara tomaba carnitina, cosas que no había en Chile. Tenía un compañero de la universidad que ha trabajado conmigo toda la vida, Cristián Gil, más conocido como ‘Giliño’, en el mundo radial es muy famoso. Su papá trabajaba en Lan Chile y ellos me la traían.

“Aprendimos tantas cosas, porque además es un remedio que se refrigera y que tú tienes que tenerlo para que no convulsione cuando esté en crisis. Pero lo único que tú quieres es no ocuparlo y que ojalá se venza. Y cuando estaba a semanas de vencer, lo llevábamos al hospital y se lo dábamos a la familia que no podía comprarlo, para que lo usaran sus hijos.

«Íbamos al hospital y había familias que tenían hijos como Pablito, pero no tenían los recursos para mandar a buscar los remedios. Entonces los llevábamos y se los pasábamos a ellos y ellos lo ocupaban en su hijo. Y ahí mandábamos a buscar más para Pablito”

Massis: “Julio, ¿y el titular que estamos viendo ahí? ‘Pablito nos cambió la vida a todos’. ¿Cómo te la cambió a ti?”

Rodríguez: “Dramáticamente. Me la cambió de manera brutal, porque tú aprendes a disfrutar más la vida, a quererla más, a trata de comportarte bien”

Massis: “Si pudieras cerrar los ojos y recordar un buen momento con Pablito, comparte uno”

Rodríguez: “Tengo miles, lo recuerdo a mil. Cuando se reía conmigo. Yo le hacía tonteras, todo, porque lo que pasa es que nunca sabíamos si conectaba o no conectaba. Pero con el tiempo descubrimos que conectaba”

Massis: “¿Sabías conectar con él? ¿Aprendiste?”

Rodríguez: “Sí. Se reía de algunas cosas. Le cantaba tonteras que inventaba, o me movía de manera rara y él como que hacía gestos. Y le tomaba harto la mano. Fue engrandecedor para todos nosotros, porque yo creo nosotros sentíamos que por algo vino Pablito Pablito a esta vida”

Massis: “Una palabra para Pablito, antes que nos vayamos a otra cosa, Julio»

Rodríguez: “Que está aquí, siempre. Y fíjate que todos crecimos. Creo que la familia de Susana fue espectacular. La mamá de Susana, Blanca, el papá, Moisés, y Susana fueron espectaculares. Susana lo hizo vivir trece años. Pablito no tenía nada de vida y ella lo hizo vivir con cariño, con atención.

«Yo tengo en mi memoria guardado, atesorado para siempre, cuando Susana me dice ‘tenemos que soltarlo, yo lo voy a soltar… Tenemos que soltarlo’. Y Pablito falleció semanas después. Hasta en eso Susana fue generosa, lo tuvo siempre en su corazón y hasta en el momento de soltarlo fue generosa. Y ahí falleció Pablito, a los trece años. Pero ningún médico, nadie creía lo que había pasado con él” –MIRE AQUI EL VIDEO. MINUTO 37-.