Glamorama
José Miguel Viñuela, Karla Constant y Lucho Jara muy emocionados en el Mucho Gusto. IMAGENES TOMADAS DE PANTALLA / MEGA

¿Por qué todos lloraron en el Mucho Gusto?

Autor: Andrés Cantuarias / 3 mayo, 2018

Las catarsis grupales del Mucho Gusto ayer tuvieron una jornada especialmente intensa, la cual terminó con la mayoría de los integrantes del matinal de Mega llorando. Estos fueron algunos de los emotivos testimonios.:

José Miguel Viñuela: “Hubo una junta en la noche con mis hermanos. Qué increíble las vueltas de la vida, como uno va haciendo una vida y, una vez que uno sale de la casa de la mamá, los hermanos van tomando distintos caminos.

!Nosotros somos puros hombres, no hay mujeres en la familia, las que generalmente provocan la unión. Fue muy liberador. En un minuto me puse a llorar, porque uno de mis hermanos es el padrino de mi hijo y con él estábamos particularmente distanciados. Le dije ‘¿sabes qué?. Diego está grande, pero es una guagua, tiene dos años ocho meses, todavía estás a tiempo, todavía estamos a tiempo de recomponer eso, de vernos más’. Entonces decidimos una vez al mes juntarnos los cuatro”.

Begoña Basauri: “Ustedes conocieron a mi hermana acá, pero en esencia yo soy hija única. Como que mi familia, mi base, es mi mamá y yo. Mi mamá hoy día está enferma. Nada grave, pero ayer me escribió para pedirme ayuda. Fue tan doloroso para mí decirle que no podía porque no tenía tiempo. ‘Mamá, llego súper temprano al matinal, después tengo la radio, después tengo ensayo’.

«Pero paré y dije ‘¿de verdad es tan importante todo lo que tengo que hacer? ¿Se va a paralizar el país si llego un poco más tarde?’.

“Lo conversé y por suerte nosotros tenemos, por lo mismo, un soporte familiar maravilloso. Mi mamá tiene muchas hermanas, tenemos un chat de puras mujeres en la familia, que somos como 40, que son grossas, unas diosas maravillosas.

«Pero lo que hoy día el José (Viñuela) dice tiene tanto sentido. Como de repente la vida te traga y no es tan importante. De repente decía ‘no estoy mandando un cohete, no trabajo en la Nasa’. Pero cuesta frenar”.

Joaquín Méndez: “Mi viejo siempre me manda cadenas… Nunca le doy ese abrazo que él está buscando. Uno dice ‘¿por qué soy tan malo con mi padre?’. Como que no te dejas querer. Él ama a todos los hijos por igual, pero conmigo, que estoy más lejos, quiere ese abrazo, lo está buscando.

“Armé un grupo (WhatsApp) especial. Yo lo armé, se llama Unión, con toda mi familia, y puse ‘los quiero’. Nadie contestó, porque todos saben que capaz que les iba a hacer una broma, porque siempre están esperando una broma.

«Después les mandé un mensaje a mi mamá y a mi papá separados. ‘Te quiero, mamá’, le puse. ¡Nunca se lo dije en mi vida! De tarado. ¿Por qué no lo podemos decir? De vergüenza, pudor. La cuestión es que esto te hace pensar, te hace reflexionar, ¿por qué no rompemos esta barrera?”

Lucho Jara: “El sábado me enfrasqué en una conversación increíble con mi esposa. Esas conversaciones que uno tienen y dices ‘¿de dónde nació esto?’. Estábamos los dos solos, como esos viejitos que los hijos ya crecieron. Nos pusimos un chal, en el quincho, y yo empecé a hacer catarsis. Esa catarsis de todo lo que he vivido los últimos seis años.

“Le dije que me quería hacer cargo, que no la quería interrumpir, que no quería absorberla a ella, quería ser yo. Nos pegamos una llorá tremenda, tan bonita. Porque los temas no solo están relacionados de padre a hijo, hermano a hermano. También con tu pareja.

”Lloré mucho, me hizo la raja, yo no tengo pudor en llorar, me encanta llorar. Le dije ‘¿sabes qué, Monita? Yo no le podría haber dicho esto a nadie, excepto a mi mamá’. Mi mamá se sentaba en la esquina de mi cama a las cuatro de la mañana, cuando yo tenía insomnio porque no lograba hacer lo que quería hacer. Ella me veía sufrir y llegaba con un tecito, se sentaba en la cama y me decía ‘algún día vas a lograr lo que tú quieres’. Y yo lloraba y lloraba. De repente me encuentro en un quincho con mi esposa haciendo lo mismo, y le dije ‘gracias’, porque necesitaba eso”.

Karla Constant: “Yo todo este rato los he estado escuchando y digo ‘estoy bien’, porque voy a ver a mis papás, siempre les dedico un día, a mis hermanos. Y de repente, así como que hubo un espacio aquí y yo me imaginé a Andrés (su marido). Dije ‘¡uy!, ¿qué será de Andrés?’. +

«Es súper heavy eso, porque uno apuesta al piloto automático. Uno dice ‘está todo bien, mi familia está bien’. ¡Que bueno que diste en ese punto! A mí me emociona, porque miré para todos lados y no miré aquí, y él es mi compañero, está a cargo de todo, estamos remando juntos.

“¡Que heavy no ver! ¿Hace cuánto rato que estamos hablando?, ¿una hora? No había visto eso. Si tú no mencionas lo de la Silvana, no lo veo. A veces confiamos en el piloto automático. A veces a uno le pasa con la familia, a veces pasa con la pareja, y es súper peligroso el piloto automático, porque uno cree que la otra persona no tiene necesidades, o que la otra persona no necesita el cariño, o que la otra persona va a entender” -EL VIDEO ACÁ-.