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“Llegan en auto ¡y con vaso con hielo y copete!”: Las peripecias de Marcela Vacarezza con los patudos chicos en los carretes de sus hijas

Autor: Equipo Glamorama / 26 diciembre, 2018

Marcela Vacarezza es una mamá buena onda, pero muy responsable y cuidadosa con sus tres hijos: Martina, de 17; Florencia, de 15, y Vicente, de 12.

La estupenda esposa de Rafa Araneda estuvo ayer en Mucho Gusto. Fue a hablar sobre su Navidad, pero el panel centró la conversación en el pololeo de Florencia con el hijo mayor de Diana Bolocco –MIRE AQUI TODO LO QUE CONTO VACAREZZA SOBRE ESTE POLOLEO-.

De ahí, el tema pasó a los carretes escolares en la actualidad. Y la sicóloga de 48 años describió detallamente como vive las fiestas de sus hijas adolescentes:

“En la playa, por lo menos donde vamos nosotros, no hay lugares para cabros jóvenes para pasarlo bien. Sector de Cachagua-Zapallar-Maitencillo. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Los cabros se van a la playa a fumar marihuana, que los cigarros de acá para allá, el copete, el trago. Y la playa es sitio de nadie, porque los Carabineros no entran, porque no les corresponde. Y la Guardiamarina aparece tarde, mal y nunca.

“Y ahí están. Tú les dices ‘¿y van a ir a la playa?’. ‘Sí, mamá’. No tienen dónde estar. La movida está en plena playa, tomando y tomando. Hemos pasado en auto, mirando, y qué lata.

“Yo las dejo (salir a sus hijas). Pero preferiría que fueran a la casa de alguien, o en un local que fuera para cabros jóvenes.

“Ahora los carretes no son de 30 (personas). ‘Mamá, 70’. Y yo le digo ‘¡¿te pegaste en la cabeza?!’. Es una cosa impresionante. ¿Y qué es lo que haces? Porque igual yo prefiero que carreteen, pero que estén en mi casa y que sientan mi casa como su casa.

«Han funcionado bien así. Pero una vez, la mayor me dijo ‘mamá, ¿puedo invitar a tres cabros?’. ‘Claro, pero nosotros vamos a salir a comer’. ‘No, si piola’. Vamos llegando a la casa y 30 (invitados). Unos conversando arriba, otros abajo. Además que llovía y todos a pata pelada.

“Cuento corto: ella sola aprendió y me dijo ‘nunca más’, porque no supo cómo pararlo. Llegaba uno, que la conocía, y venía con tres más. ‘Mamá, no seas mala onda’, y después el otro. Y como es la playa, las cosas son colectivas. Después, solita me dijo ‘mamá, se van a ir luego’, y la pobre ordenó todo.

“Y lo otro que hacen es que les pasan el copete a las mujeres. Claro, porque, en general tú tienes guardia o alguien que revisa. Entonces, se los pasan a las mujeres, porque parece que no las tocan. En una fiesta, que eran 150, fiesta cumpleaños, porque las juntas son de 70; los cumpleaños son de 150. Y contratamos a una mujer que las tocaba, una guardia.

“La mayor (de sus hijas) tenía fiesta de 17. Y llegan unos en auto con el vaso, ¡con vaso con hielo y copete! Y Rafa le dice ‘compadre, ¿ese vaso?’. ‘Pero si tengo 18’. ‘A ver, compadrito’. ‘No seai mala onda, si ya tengo 18, podemos manejar y podemos tomar’. Se bajaron del auto con el vaso. Entonces, el Rafa dijo ‘a ver, vení a una fiesta de cabritas de 17 años. Deja el vasito ahí y te lo devolvemos cuando te vayai’. Y terminó la fiesta y fue a pedir su vaso… (risas)”.