«Me puso el implante al revés…»: la pesadilla que Natalia Mandiola vivió con cirujano plástico
Natalia Mandiola se suma al grupo de rostros de la televisión que han sido víctima de un mal cirujano plástico.
La ex figura de Calle 7 y el canal Fox Sports contó la pésima experiencia que puso en peligro su salud. La periodista y polola de Rafa Olarra habló esta semana en Intrusos:
“Cuando tenía como 20 años me puse implantes, y el doctor que me operó hizo una negligencia tremenda. Me puso el implante al revés, al tiempo se me encapsularon, y me puso más tamaño de lo que yo le había pedido.
“Entonces, cuando se me encapsularon y me fui a cambiar estos implantes, el doctor que me operó en ese minuto se dio cuenta que tenía mucho implante para mi cuerpo tan chico, aparte que yo soy baja. Me puso un implante menor al que yo tenía, pero igual era grande.
“Pasó el tiempo y me fui dando cuenta que me molestaba para hacer deportes. Me molestaba en todo sentido. Siempre estaba tapada y no me gustaba estar derecha. Sentía que era ‘mucha carne’, por así decirlo, y empecé todo el rato con que ‘me quiero cambiar los implantes’.
“Claro, cuando me veían era como ‘pero si no tienes tanto’. Pero yo lo notaba, y como no mostraba nunca, la gente no se daba cuenta que tenía harto.
«Fui a dos cirujanos antes, quienes me querían masacrar prácticamente. Querían cortar para allá, para acá, sacar mil cosas. Y conocí a Pedro Vidal. Le dije: ‘Pucha, yo no he sido mamá. Entonces, me preocupa un montón de cosas que me han dicho ¿Qué hacemos?’.
«Me responde: ‘Pero por ningún motivo yo te haría nada de esto’. Y llegamos a un tamaño súper acorde. Yo tenía 300 la última vez y ahora quedé con 185, que es algo muy normal, muy natural.
“No me duele nada, estoy súper cómoda y de verdad que no me dejó ninguna cicatriz. Se la jugó 100%. Ocupó lo mismo que había, se las arregló, me puso unos hilos tensores por dentro y me dejó espectacular.
“Estuve como tres semanas sin implantes esa primera vez… El doctor no sabía si me iba a volver operar porque tuvieron que sacar parte de la glándula y un líquido que encontró adentro y lo mandaron a un cultivo. Estaba el riesgo de que no me pudiesen operar nunca. Era súper chica. Sí, fui súper tonta.
“Denuncié al primer cirujano, más porque mi mamá me dijo. Pero como yo no quedé con grandes secuelas físicas, gracias a Dios, no había nada como para que él perdiera. Y aparte, los implantes que me había puesto estaban malos, pero venían malos de fábrica. Fueron unos implantes franceses que estuvieron muy en boga y que salieron malos” –VEA EL VIDEO ACÁ–