Sigrid Alegría recuerda por qué esperó años para aceptar el llamado para actuar en teleseries
La semana pasada Sigrid Alegría realizó un contacto vía web con el programa Velvet al Desayuno, que transmite en vivo por Instagram Angélica Castro.
En el espacio la actriz de 45 años recordó sus inicios en la actuación.
Contó como, al empezar sus estudios, «(el profesor) Fernando González me dijo que yo era una persona horrible, espantosa arriba del escenario, una mujer vacía…”
También relató como la llamaron para integrarse a las teleseries de TVN pero ella esperó a terminar sus estudios y tener su primer hijo para aceptar:
Sigrid Alegría: “No alcancé a terminar ese año cuando ya me habían visto y me habían invitado a trabajar en TVN. La Quena Rencoret (productora de teleseries con extensa trayectoria, actualmente a cargo del área dramática de Mega) me estaba invitando a un casting. Yo le dije que no porque tenía que terminar de estudiar. Porque me daba cuenta que hacer un casting y quedar, era una oportunidad, y si no la elegía, es muy difícil encontrar otra. Y yo sentía que no tenía las herramientas y no me atreví.
“Segundo año. Me vuelven a invitar. ‘No, quiero terminar de estudiar’. Tercer año me vuelve a invitar. Todo esto mientras yo hacía giras, obras de teatro y estudiaba al mismo tiempo, cosa que me jugó en contra con algunos profesores. ‘Bueno, eres parte de la Compañía Imágenes. Esperaba más de ti. Un cuatro’.
“Y finalmente termino de estudiar. La Quena me vuelve a invitar y yo le digo ‘te lo agradezco mucho, pero en esta pasada no es que esté estudiando, pero estoy embarazada”
Angélica Castro: “Eras súper joven. ¿Cuántos años tenías con Alonso?”
Alegría: “22”
Castro: “Claro, súper joven”
Alegría: “Pero había terminado de estudiar, estaba trabajando. Piola igual. Y me dice ‘ten a tu guagua y vuelves’. Ya poh, y así lo hice. Y el Alonso tenía cuatro, cinco meses, y me invitan al casting, que lo di con menos.
«Y la primera teleserie que hice fue Borrón y Cuenta Nueva, la monja (“Doris”). Y tenía un ingrediente: yo cero religión. Mi familia no tiene religión. No tenía idea cómo podía funcionar eso.
“Y finalmente lo que logré conectar, al igual de lo que me estaba pasando en la vida. Porque muchas veces se me hace paralelo el mundo. Es la maternidad, la generosidad, que el otro sea la prioridad. Tú te postergas por el bien de otro”.