Kel Calderón reparte cajas de alimentos: “Nadie debiese estar pasando hambre ni necesitar rogar por una caja de alimentos, es muy terrible…”
«Ya cumplimos la semana pasada las 500 cajas, que podrá no ser mucho, pero son 500 familias que recibieron nuestra ayuda. Nuestra caja es hecha con cariño y no hemos preocupado de que sean completas», dice Kel Calderón.
La egresada de Derecho se contactó hoy con el espacio que Angélica Castro emite en vivo por el instagram de Velvet.
La influencer de 29 años habló sobre temas como la pandemia, su paso por la televisión y su madre, Raquel Argandoña, entre otros.
También se explayó sobre la iniciativa solidaria Redes en Caja, que emprendió junto a su ex compañera de estudios universitarios y amiga Constanza Araya.
Esta fueron parte de sus palabras:
“Cuando estudié Derecho tenía a mi mejor amiga, la Constanza Araya, y siempre había querido armar algo social o alguna forma de poder de ayudar. Nosotras pensábamos que inevitablemente hay una comunidad tremenda a través de Instagram o de Tik Tok, que muchas personas quieren ayudar pero dicen ‘pucha, debe estar súper cubierto, ya deben tener la plata’, o ‘cómo la canalizo yo’. Como que es engorrosa la forma de hacer llegar esa ayuda a un lugar.
“Nosotras siempre hemos sido buenas organizando y los primeros dos meses de pandemia estuvimos haciendo nada en nuestras casas. Pero cuando empezaron a salir imágenes duras y empezó esta segunda crisis que es más social, salieron imágenes. Yo sé que es feo lo que estoy diciendo, pero dentro de las pocas cosas que nosotros creímos haber solucionado en Chile era el hambre.
“En Chile sentíamos que la gente ya no moría de hambre. Pero cuando esta pandemia nos azota y empezamos a ver estas imágenes terribles de personas que quizás no están muriendo de hambre, pero que salen a trabajar para poner un plato de comida en su mesa y terminan muriendo de coronavirus, que al final es lo mismo.
“Nunca planeamos que llegara a ser tan grande. El mensaje era ‘¿y si nos movemos dentro de nuestros amigos o amigos de nuestros papás que quizás tienen los medios todavía?’. Porque acá hay dos factores: la necesidad es grande, pero la gente a la que normalmente uno acudiría por ayuda para que donen también tiene sus bolsillos súper golpeados. Entonces era doble pega conseguir esas donaciones.
“Empezamos con cero pretensiones y tomó vuelo en redes sociales, la gente nos empezó a ayudar. Muchos de los profesionales con que yo trabajo en campañas de marketing que nada que ver me escribieron para prestarnos su trabajo y ponerlo a disposición, súper en pro de hacer crecer esta campaña y masificarla.
«Ya cumplimos la semana pasada las 500 cajas, que podrá no ser mucho, pero son 500 familias que recibieron nuestra ayuda. Nuestra caja es hecha con cariño y no hemos preocupado de que sean completas.
“Las personas como ven a jóvenes ayudando con tanta energía pueden pensar que hasta tenemos campañas financiadas. Yo siempre tengo mucha ansiedad, porque para poder repartir 100 cajas el fin de semana, 50 el viernes y 50 el sábado a 100 direcciones diferentes, necesitamos levantar recursos todas las semanas y esas 100 cajas tiene un valor de tres millones de pesos todas las semanas.
“Siempre digo ‘por más pequeño que sea el aporte’. De repente dicen ‘¿pero a quién voy a ayudar poniendo tres mil pesos?’. Pucha, nosotros nos encargamos de sumar, sumar, sumar y se termina convirtiendo en una caja que le da un respiro a una familia.
“Nos ha pasado mucho que nos dicen ‘que bonito sentir que hay alguien que está preocupado de mí, que no estoy solo y que si me muero nadie se va a dar cuenta’. Esa sensación que da la caja es muy bonita.
“Sé que no es responsabilidad de las personas, probablemente tampoco es nuestra. Esa frase de ‘solo el pueblo ayuda al pueblo’… Porque quizás debiese ser el Estado y todas las organizaciones que suplan esta necesidad. Y no dudo que debe haber millones de personas jugándosela un 200%. Pero el nivel de necesidad es tan grande, la crisis es tan grande, que si tú puedes hacer algo en tu casa sí o sí tienes que tratar de hacerlo.
“Siempre digo ‘que ganas de que Redes no tuviese que existir, que pudiese morir’, porque en 2020 nadie debiese estar pasando hambre ni necesitar rogar por una caja de alimentos. Es muy terrible.
“Ha sido difícil, porque mucha gente nos escribe por Instagram solicitando ayuda, tenemos claro que nunca vamos a dar abasto para la cantidad de gente que necesita ayuda. Pero no entregamos cajas individuales por Instagram, no queremos que sea el que cuenta la historia más terrible se lleva la caja, por una cosa ética. Nos contactamos con coordinadores locales que viven en las comunas y les pedimos que nos desarrollen listas en base a ciertos criterios.
“A mí siempre me gustó mucho lo social, mis papás estuvieron metidos en política, mi mamá fue alcaldesa y concejal, tuvieron candidaturas a diputado. Estuve más en Pelarco que en Santiago, pero súper vinculada a lo social. Estudié Derecho en la Chile, que también te inculcan el servicio social en tu cerebro.
“Pero había sido difícil porque uno siempre está metido en un millón de cosas y te pilla la máquina y es difícil sentarse a gestionar.
«Ahora, con todo el tiempo libre que nos dejó esta pandemia, hemos podido enfocarnos estas últimas cinco semanas en armar Redes y la idea es que ojalá continue hasta que sea necesario. Felices de mantenerlo hacia el futuro. Era una cosita que siempre había querido hacer y no había tenido el momento para poder desarrollarlo. En este minuto se dio y ha sido súper bonito.
“Nosotros estamos en un mundo que tenemos muchos contactos con personas que quizás no lo han hecho porque nadie les ha ido a tocar la puerta. Y cuando podemos hacer el lazo y ese contacto se hace mucho más fácil. Te diría que tampoco fue tan difícil lograr donaciones de parte de las marcas. Fue muy bonito saber que trabajo con ese tipo de personas. Se va generando un círculo virtuoso que ojalá se replique en más partes”