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Raquel Argandoña la tarde de este jueves en las afueras de la clínica donde está su hijo. FOTO: MAURICIO MENDEZ / AGENCIA UNO

«¡Está amarrado 24 horas de manos y pies con una cadena! ¡Hasta un perro tú lo soltai para caminar!»: Raquel Argandoña desesperada afuera de la clínica donde está su hijo

Autor: Equipo Glamorama / 20 agosto, 2020

Una desesperada Raquel Argandoña se encontró con la prensa en las afueras de la clínica siquiátrica El Cedro, en La Reina, donde permanece recluido su hijo Nano, formalizado por internar en dos ocasiones matar a su padre.

La figura televisiva de 62 años lloraba desconsolada y dijo:

«Los profesionales no lo han podido diagnosticar. Está, te lo juro, está amarrado 24 horas, ¡24 horas de manos y pies con una cadena! Ni siquiera se la sueltan para bañarse, ni tampoco para comer. ¡Hasta un perro tú lo soltai para caminar! ¡Es injusto! Entonces de qué hablan los matinales que esta clínica es un spa, ¡si mi hijo necesita tratarse!».

Junto a Argandoña se encontraba el abogado de su hijo, Mario Vargas, quien, según replica La Cuarta, declaró:

«Están tratando de evitar que tenga un tratamiento médico. Lo tienen incomunicado, encadenado, no dejan que reciba llamadas. Ni un perro recibe ese trato. Con tres gendarmes adentro de la pieza y bastante maltrato…

«Los doctores dicen que lo ven mucho más ansioso. Nosotros lo que queremos es que Gendarmería respete los Derechos Humanos».

El tribunal decretó la medida cautelar de prisión preventiva para el ex estudiante de Derecho de 23 años mientras duren los 120 días de la investigación. Pero dictaminaron que, antes de que sea trasladado a la cárcel Santiago 1, permanezca internado en el centro siquiátrico de La Reina hasta que sea compensado.

En tanto, a través de un comunicado de prensa emitido esta tarde, la defensa de Calderón Argandoña denunció que este ha sufrido “tratos crueles e inhumanos por parte de sus custodios y la vulneración de sus derechos” en la clínica.

Por esto los abogados Mario Vargas Cociña y Eduardo Lagos presentaron ante el 4° Juzgado de Garantía una cautela de garantía y un amparo judicial “debido a que su representado se ha mantenido engrillado, sin poder caminar ni comer libre de cadenas”.