«A mí me encanta Longton, pero es picota. Entonces me daba entre risa y nervios que me dijera ‘¡pero cómo te equivocas…!'», explica Mariela Sotomayor sobre situación en Pasapalabra
“No es buena estrategia enojarse en la mitad del juego”, comentó Julián Elfenbein durante uno de los desafíos de Pasapalabra en que la periodista Mariela Sotomayor no podía dar con una palabra y su compañero de equipo, el ex chico reality Arturo Longton, realizaba gestos.
En pantalla se dijo:
Mariela Sotomayor: “Uno se pone nerviosa poh”
Julián Elfenbein: “¿Quieres hacer alguna autocrítica?”
Arturo Longton: “No”
Elfenbein: “Porque veo que te molestaste”
Longton: “Dale. Dale”
Elfenbein: “¿Pero conmigo?”
Longton: “No, con nadie”
Elfenbein: “¿Estás enojado contigo mismo?”
Longton: “No”
Sotomayor: “Se frustró”
Elfenbein: “Este es un juego complejo”
Longton: “Este es el más fácil”
Sotomayor: “A lo mejor para ti es el más fácil poh”
Longton: “Si no te estoy criticando, Mariela”
Sotomayor: “Te llegas a poner rojo de lo enojado. Es un niño…» (ríen)
Posteriormente la panelista de Me Late comentó en ese programa:
“Me fue súper mal al principio. Me puse nerviosa. Lo que pasa es que con tanto estrés y con tanta cosa, a mí me pasa que, como tengo tantas palabras en mi cabeza… Entonces, qué pasó: una palabra, listo. Y no lograba dar.
“¡Pero es que es difícil! La gente lo ve y ve la palabra escrita y va viendo. Uno no ve nada ahí en Pasapalabra. Es solo en tu cabeza, entonces realmente es difícil. Para mí es difícil. Yo soy una persona que lee palabras que no están completamente escritas, veo debajo del agua, tengo una oreja parabólica, pero de verdad me costaba mucho.
“Entonces pasó que me empecé a equivocar y yo empecé a cachar que Longton ya estaba que me comía. En una se puso rojo, lo miro y estaba súper enojado. Entonces le digo ‘¿no me digas que te enojaste?’. Y yo, para peor, me puse más nerviosa todavía cuando vi que él se puso rojo.
“Entonces me dijo ‘pero es que este es el juego más fácil poh’. Y yo te juro que me sentía pésimo, porque dije ‘chuta, estoy quedando como tonta’. Entonces ahí le dije ‘pero no te enojes, porque me pones más nerviosa’.
“Me preocupé. Me urgí. Porque además yo siempre que voy a Pasapalabra me va súper bien. Me puso muy nerviosa. Yo como que en el fondo quería decirle ‘¿sabes qué? Estoy tratando de hacerlo bien, pero me cuesta’.
«No me sentí mal. A mí me encanta Longton, pero es picota. Entonces a mí me daba entre risas y nervios que él me dijera ‘¡pero cómo te equivocas!’. Cada vez que me tocaba decir la letra te juro que era un nervio horrible.
“Después, cuando empecé a ganar, se le pasó el enojo. Lo que sí tengo que decir es que nos venimos juntos en la misma van y conversamos y copuchamos y nos reímos todo el camino”.