Glamorama
Eva Gómez en una imagen tomada de la pantalla de La Divina Comida, en CHV.

«Infarto al miocardio. Me fui a la mierd… Se me apretó el pecho y me desmayé. Llegué a la clínica con riesgo vital», recuerda Eva Gómez

Autor: Equipo Glamorama / 25 septiembre, 2022

“Me dio un takotsubo, que en japonés significa síndrome del corazón roto. Estaba pasando una etapa de las más duras que he vivido en mi vida. Se me detuvo en ventrículo izquierdo y para imágenes era un infarto al miocardio», partió contando Eva Gómez sobre el problema de salud que la tuvo internada en marzo de 2015.

La animadora de 51 años participó en el último capítulo de La Divina Comida exhibido por Chilevisión -y grabado hace un tiempo- junto a Pamela Díaz, Yamila Reyna y Carmen Gloria Bresky.

Así continuó el relato de la ex conductora del Festival de Viña:

“Fue terrible. Yo estaba grabando Talento Chileno (en Chilevisión), eran doce horas, siete días. Dos días antes, además, había tenido la noticia de que a mi hermano mayor, que se llama Paco, estaba con un cáncer feroz al hígado y necesitaba un transplante, y tenía de tres a seis meses para que llegara el órgano, porque no se sabía si iba a poder resistir.

“Y me fui a la mierda. Fui al baño a hacer pis y en esta sentada que tú haces, como el empujoncito que hace uno, un elefante de 350 kilos que me apretó el pecho y me desmayé, perdí la consciencia. Llegué a la clínica con riesgo vital.

“Más encima yo no tengo familia acá, porque en el fondo ‘hay que meterla a pabellón, está con riesgo vital, ¿quién firma?’. Entonces tuvieron que llamar a mi hijo mayor, que fue terrible, porque llegó a la clínica y yo que estaba entre consciente e inconsciente, lo escucho llorar.

“Se desmayó, tuvieron que ponerle cuestión para tranquilizarlo en una camilla al lado. Y después estuve seis días en la UCI, que fue un cachondeo porque lo único que hacía era ponerme rímel y pintarme el hocico.

“No sé qué me dio, pero me miraba en el espejo y decía ‘estoy fea, tráeme un ruouge’. Drogada, unas pestañas todas manchadas de negro, entonces llegaban a verme del canal, jefes del canal, y yo así en la cama… ‘¿Cómo estás?’. ‘Súper bien…’”