«Soy sonámbulo y tengo accidentes graves como, por ejemplo, tirarme de la ventana para abajo…», relata Ernesto Belloni
«Soy sonámbulo y tengo accidentes graves como, por ejemplo, tirarme de la ventana para abajo», afirma Ernesto Belloni.
El comediante de 65 años ha contado en diversas ocasiones las situaciones que ha vivido por el que, afirma, es el sonambulismo que padece. Esta vez relató lo siguiente en el late Podemos Hablar, en Chilevisión:
“Cintas, yo las ocupaba para dormir… Porque soy sonámbulo y tengo accidentes graves como, por ejemplo, tirarme de la ventana para abajo. Yo iba a un hotel de altura y me amarraba la pata a la cama (con cintas). Ahora uso los wáter de los baños…
«Antes era la pata al catre. Ahora (la cinta con la que se amarra el pie) va al baño. O al lavamanos, o al wáter. Voy y me acuesto tranquilo y sin la posibilidad de tirarme por la ventana para abajo.
«Mis pesadillas son muy intensas. Mis sueños son muy reales e intensos. Entonces, cuando hay una pesadilla, yo la vivo a concho. No la disfruto, porque son atroces. Lo único que atinas es a levantarte y salir corriendo y tirarte.
“Tengo muchas heridas en el cuerpo porque, además, soy muy estúpido y me tiro con la ventana cerrada. No abro la ventana. Y eso me produjo las heridas que tengo, tajos. La gente cree que me traté de suicidar. Acá tengo un tajo muy grande que me sangró mucho (muestra su muñeca derecha).
“Yo me tiré por una ventana. Estábamos en Concepción, en Penco, trabajando. Y vivíamos en el mismo restaurante en Penco, en la playa.
“Debe haber sido a los 30 años. Siempre fui sonámbulo. Pero nunca me tiraba por la ventana. Pero a los 30 tuve una pesadilla. Me tiré por la ventana y caí en un kiosko que hay en la playa.
“Y todos los que trabajaban en La Carlina, las chiquillas, decían ‘¿qué pasó?’. Y yo les decía ‘tranquilos, si es un sueño, una pesadilla’. ‘¡Pero mira, si estás todo lleno de sangre!’. Y era mi primera noche que pasaba con mi señora, cuando pololeábamos. Imagínate la planchita.
“Estaba desesperada. Me veía a mí todo lleno de sangre, shock nervioso. Y yo decía ‘no, tranquilos, esto es un sueño y no ha pasado’. Yo me iba a acostar y van a ver que no pasó nada… Me llevaron al hospital, a la posta del hospital de Concepción, y ahí me curaron, me hicieron todo.
“Y el doctor me dijo ‘tú estás en un shock nervioso’. ‘Doctor, si esto es un sueño, usted está en mi sueño. No es real’. Y él me decía ‘usted está en un shock nervioso. Voy a esperar que se te pase un poquitito y vas a despertar’.
«Y yo estaba como durmiendo, se supone. Y claro, a la hora después caché. ‘¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Qué es esto?’. Todos llorando y yo todo vendado. Y se repitió varias veces sin llegar a los hospitales”.