Mayte Rodríguez relata la separación de sus padres: «Nos fuimos a un departamento que, te juro, tenía un living, dos piezas, mi mamá tenía un colchón pelado…»
«Hermoso», dice Mayte Rodríguez sobre la vida junto a su madre, Carolina Arregui, luego de la separación de la actriz de Brujas y el director de telenovelas Oscar Rodríguez.
El matrimonio se separó en 1993, cuando Mayte tenía cuatro años y ella y sus dos hermanos quedaron primero viviendo con el padre.
Rodríguez Arregui recordó su niñez en el primer capítulo de Todo Por Ti, conducido por Cecilia Bolocco y exhibido por Canal 13 en octubre pasado:
Cecilia Bolocco: “Se separan tus papás. Y tengo entendido que, al comienzo, tu papá se queda con ustedes”
Mayte Rodríguez: “Sí. Fueron pocos meses los que alcancé a estar sola con mi papá. Yo llamaba mucho a mi mamá, que quería estar con ella. Hasta que mi papá se dio cuenta que lo único que quería era estar con mi mamá. Y fui la primera en irme con ella”
Bolocco: “¿Y cómo fue volver con tu mamá a su casa?”
Rodríguez: “Nos fuimos a un departamento que, te juro, tenía un living, dos piezas, mi mamá tenía un colchón pelado. Y ahí estuvimos varios meses. Un colchón pelado con un teléfono. Teníamos el teléfono al lado, la cama, el piso…”
Bolocco: “¿Y cómo fue eso para ti?”
Rodríguez: “Hermoso. Era como la película. Yo estaba con mi mamá”
Bolocco: “Pero después viene la etapa del colegio, a los siete años, vestirte como princesa. Ya estabas empezando una nueva etapa. ¿Cómo fue esa época?”
Rodríguez: “Nos cambiamos harto de casa en esa época. Vivimos en Maitencillo, cosa que a mí papá le pareció…”
Bolocco: “¿Y cómo lo hacías para verte con tu papá?”
Rodríguez: “Viajábamos. Tomábamos el Tur Bus desde Maitencillo a Viña, porque vivimos en Maitencillo y Viña. Mi papá estaba atacado porque fuimos al Liceo de Zapallar. Entonces él quería la mejor educación para sus hijos. Y mi mamá ‘está perfecto, se están criando en la playa’. Fue un dilema, pero lo hicimos.
“Y fue la mejor escuela que pude haber tenido. Estuve como en ocho colegios en mi vida, por cambios de casa. Vivir en Santiago, padrse separados, ‘este colegio no acepta niños con padres separados’. Nos fuimos para Maitencillo, al liceo.
«Después a Viña a un colegio más chiquitito. Después volvimos a Santiago. Cambio de casa al Arrayán. Otro colegio. Y así nos movimos harto. Ya en la media pude elegir el colegio donde quería estar, que fue subvencionado”
Bolocco: “Y cuando llegaste a Maitencillo, ¿cómo fue llegar al Liceo de Zapallar?”
Rodríguez: “Hermoso. Las realidades no eran lo que uno conocía, que es una burbuja. Entonces, me voy para allá y mi compañera de banco ‘oye, vamos a aprendernos el abecedario a mi casa’, y su estufa era un latón con madera. Ese era el fuego con que calentaban la casa.
“Yo tenía una chimenea parecida. Pero entendía que esto era como el latón de afuera que pasaba para adentro, como calefacción. Sacarle la miga al pan, no, ‘¡¿cómo se te ocurre?!’…
“Empezaba a aprender y entender de que sí poh, hay que cuidar las cosas y qué lindo que me abran las puertas de su casa así y que compartan lo que sea que tengan conmigo, y que me traten de una más, y viceversa”.