«Un cáncer diagnosticado a través de una negligencia… Donde ella, si le daban a elegir, probablemente ella hubiese elegido no vivir»: la historia de la hermana de Gino Costa
«A mí el corazón se me abre de felicidad de saber que, además de tener una sobrina, mi hermana le ganó al cáncer», concluyó Gino Costa tras el relato de superación de su hermana, mayor que él ocho años.
El periodista y rostro de TVN se emocionó en Buenas Noches a Todos al contar la historia, y también conmovió al conductor del espacio, Eduardo Fuentes:
“Fue súper difícil. Un cáncer diagnosticado a través de una negligencia. Mi hermana tiene la nariz muy respingada y en peleas, luchas, yo quedo en el suelo, la miro y le digo ‘oye, deja de sacarte los mocos, tienes un hoyo de la nariz más grande’. Me dice ‘oye, yo también me he dado cuenta’.
“Fue al doctor y le encuentran un porotito. Se lo sacan, una cirugía, ven la biopsia, está todo bien. Pero pasa un año, misma situación, ‘que raro, cómo de nuevo’. Va a otro doctor y le pide la biopsia anterior y le dice ‘tú hace un año que tienes cáncer, ¿nadie te dijo?’. ‘No’. ‘Bueno, vamos a tener que operar y esto estuvo un año avanzando’.
“Y ahí mis papás, nuevamente yo me saco el sombrero por ellos, dicen ‘¿qué hacemos? O nos metemos en una lucha legal que no sabemos a dónde vamos a llegar. O vendemos lo que no tenemos y enfrentamos esto’. Optaron por lo segundo. Y mi hermana tuvo intervenciones súper fuertes.
“Un cáncer que es un tumor en la cara. No es como llegar y que te saquen tejidos de la piel, que se pueden tapar. La cara es súper difícil, y va más allá de la superficialidad, es tu carta de presentación. No reconocerse frente al espejo… Ella ya tenía una hija, ¿cómo le explicas a una niña?
“Un sistema de salud además que no estuvo de su lado, porque casi que la determinaron como si fuera una cirugía estética, porque fue en la nariz. Cosas súper absurdas que a veces no se conocen. Y donde ella, si le daban a elegir, probablemente ella hubiese elegido no vivir. No daba más.
“Pero ahí estuvieron mis papás. Ahí estuvo mi sobrina, la cabrita chica. Dándole. Conoció a un hombre maravilloso. Hombre que por lo demás tenía a su polola con cáncer, y en la pieza de al lado a su mamá con cáncer.
“Y ese amor fue tan fuerte, pasa el tiempo, tratamientos, y un día me llama y me dice ‘Gino, estoy con atraso’. ‘Pero Antonella, ¿cómo me cuentas ese tipo de cosas? Soy tu hermano… Debe ser por el tratamiento’. ‘No. Es muy raro’. Nos quedamos callados.
“Y me vuelve a llamar y me dice ‘no sabes lo que me dijo el doctor: un cuerpo enfermo no puede dar vida y un cuerpo sano sí. Estoy embarazada’. Y ahí a mí el corazón se me abre de felicidad de saber que, además de tener una sobrina, mi hermana le ganó al cáncer».