Rafael Cavada y las secuelas de sus 40 días en la guerra de Irak: «Hay cosas que no se van tan fácil… Me desperté soñando con alguna de las niñas que había visto heridas en un hospital»
“La guerra evidentemente no deja a nadie indiferente. Para ti, que estuviste ahí, ¿qué lección te dejó la guerra?», le preguntó Eduardo Fuentes a Rafael Cavada.
El periodista de Chilevisión estuvo en late de TVN Buenas Noches a Todos. Mientras Cavada trabajaba en la señal pública, en 2003 fue enviado durante 40 días a Bagdad, para reportear la Guerra de Irak. El trabajo hizo conocido al profesional, quien reflexionó sobre esa experiencia:
“No fue solo la guerra, pero creo que después de mucho procesar aquello me replanteé cómo me vinculo con mis amigos, con mis familiares, con mi círculo. Yo había pasado por un momento en que no me vinculaba con nadie, no me interesaba, estaba súper volcado a mi pega y estaba súper deprimido, después de la guerra.
“Después de revisar todo esto entendí que cuando uno va a lugares como este, no va solo, arrastra consigo una cantidad enorme de afectos. Y esos afectos son sentimientos reales, no son proyectos de trabajo, son sentimientos con los cuales uno tiene que aprender a reconocer, convivir y a honrar.
“Si tu familia está urgida porque tú estás allá, yo lo que hacía era ‘no se preocupen, estoy bien, nos vemos’. No poh, no es tan fácil. Yo aprendí y establecí vínculos mucho más cuidadosos con las personas con las que tengo alguna relación afectiva, con mi familia, con mis primos en Uruguay, que me acogieron cuando volví hecho pelota.
“Me acogieron, me apañaron, me dijeron ‘Rafa, hagamos un asado’, y se juntaban de veinte. Entonces sí, me hizo ver lo estúpido que había sido en algunas cosas”
Eduardo Fuentes: “¿Por qué volviste hecho pelota?”
Rafael Cavada: “Uf. No te cuestionas lo que ves, porque te pagan para eso, porque te consideras bueno para hacerlo y porque cuando te mandan te dan una responsabilidad y tú tienes que complir con ello. No significa que no te afecte. Todos los que trabajamos en esto sabemos que nos toca ver cosas feas y no piensan en ello hasta el final del día.
“Y hay cosas que no se van tan fácil, que vuelven en tus reflexiones o en tus sueños durante mucho tiempo. Y yo tenía todo eso muy fresco en la cabeza. Me desperté soñando con alguna de las niñas que había visto heridas en un hospital, junto a otras decenas de niños, mujeres y ancianos, y era mi sobrina.
“Entonces esas cosas no son tan fáciles de procesar y yo estaba en pleno procesamiento de todo aquello”
Fuentes: “¿Cómo lo manejaste? ¿Hiciste terapia? ¿Te hiciste acompañar?”
Cavada: “Cuando tú pones todos tus objetivos en un logro laboral, por no mirar cuáles son tus otras carencias, cuando logras ese objetivo, te enfrentas al vacío en las otras áreas. Y a mí me pasó eso, entonces quedé como ‘¿y esto era?, ¿qué hay más allá del último escalón?’. Bueno, no hay nada poh.
“Y es el momento de enfrentarte con los vacíos que has tenido en otros aspectos y llenarlos. Y no se llenan con trabajo, no se llenan con diversión, no se llevan con nada más que con hacerse preguntas y buscar las respuestas. Para eso me hice terapia, pero también reflexioné mucho.
“Los sicólogos no te dan respuestas, hacen que tú te hagas las preguntas apropiadas, porque uno muchas veces no se hace las preguntas que tiene que hacerse, y cuando se las hace no da las respuestas apropiadas. Y eso, que es un periodo de maduración, de reflexión, de terapia, de sanación, a mí me pasó mucho después de volver de Bagdad.
“Me pasó y fue muy grato. Yo siempre he pensado que si yo no tuve hijos hasta mi edad, fue porque intuía que había esas aristas que tenían que ser limadas antes de enfrentar el desafío enorme que significa ser padre”.