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Claudia Conserva y Juan Carlos Valdivia en una imagen tomada de la pantalla de Brava, en TVN.

«Una línea editorial que utiliza la híper dramatización, el sensacionalismo y el morbo…», asociación oncológica critica el documental de Claudia Conserva

Autor: Equipo Glamorama / 23 mayo, 2023

«Una línea editorial que utiliza la híper dramatización, el sensacionalismo y el morbo». Estas palabras utiliza la Asociación Chilena de Agrupaciones Oncológicas, Achago, en un comunicado que publicaron referido a Brava, el documental tipo docu reality que Claudia Conserva grabó durante el año que lleva tratando un cáncer de mamas.

En la página web del Ministerios de Salud los integrantes de Achago la definen como «una asociación de agrupaciones oncológicas de todo Chile. Trabajamos coordinando esfuerzos que permitan un mejor y más oportuno abordaje del cáncer en nuestro país».

Este es la comunicado que dieron a conocer con respecto a Brava:

«¿Qué son las guerras? Las guerras son luchas armadas entre dos naciones o bandos de una misma nación, en los que inevitablemente hay ganadores y perdedores, dolor, sufrimiento, mucho temor y necesariamente la muerte.

¿Enviaría a alguien que amas a un escenario como este?

Desde la Asociación Chilena de Pacientes Oncológicos hemos trabajado actualmente y desde hace muchos años en educar a nuestro entorno en cómo hablar de cáncer de una manera certera, cuidadosa y compasiva con las personas que se encuentran viviendo la enfermedad y sus familiares. Lejos de los estigmas, creencias y discursos estereotipados y de violencia que suelen rodear a la patología oncológica.

Cada paciente tiene el derecho de expresar y vivir su enfermedad con toda libertad. Sin embargo, otra cosa es que determinadas vivencias y relatos sean masificados en televisión abierta, donde pueden funcionar como un modelo de enfrentamiento que incluye aspectos riesgosos.

Como aquellos mensajes que plantean que la actitud es determinante en los resultados de los tratamientos, o la presunción de que las personas serían responsables de la aparición de la enfermedad por su estilo de vida, carga laboral o gestión emocional. Todo ese contenido desplegado con una línea editorial que utiliza la híper dramatización, el sensacionalismo y el morbo.

El rol de los medios de comunicación es tan determinante que impacta directamente en la percepción que la sociedad posee sobre la enfermedad, por lo que resulta perentorio no imponer comportamientos, actitudes y creencias que no tienen respaldo científico. Que sobre exigen a los paciente para mantener el ‘pie de guerra’ y que prometen la cura de ser ‘obedientes’ con dichas exigencias.

Paciente y familia necesitan mayor escucha, contención, espacio para hablar de sus emociones y afecto para que estas sean acogidas, sin ser enjuiciadas como ‘emociones negativas’ que nos alejarían de lo que se espera de nosotros socialmente: pacientes fuertes, estoicos, ejemplo de valentía, héroes o guerreros.

Nuestra experiencia y la evidencia nos da luces que campañas de salud que apelan al miedo (si la intención es motivar la prevención y el diagnóstico temprano) no son necesariamente exitosas, ya que se provoca el efecto paradojal de rechazo del mensaje y de la negación de las recomendaciones sanitarias.

Nos parece muy provechoso que el cáncer sea visibilizado, porque necesitamos más acción de diferentes actores sociales. Pero hacemos el llamado a que esta visibilización sea responsable, centrada en la educación de la ciudadanía, el respeto por el paciente y su entorno y la humanización en salud».