¿Quién es Iván Martínez?, el empresario funerario que protagoniza nuevo programa de La Red para emprendedores
De niño vendía ropa y dulces en el colegio. Hoy colecciona autos de lujo, de Lamborghini a BMW. Se trata de Iván Martínez, el empresario dueño de funerarias que protagoniza junto a Francisco Kaminski ¿Quieres Ser Mi Socio?, espacio que debuta en La Red en marzo, una vez a la semana.
La premisa del programa está inspirada en el estadounidense Negociando con Tiburones, donde aspirantes a emprendedores realizan presentaciones de negocios a un panel de inversionistas, con el fin de conseguir fondos.
«El programa tiene hasta 100 millones de pesos que voy a invertir. También seré parte de ese emprendimiento como socio, por eso es importante tener muy claro tres puntos: la idea de negocio, la inversión y la rentabilidad”, adelanta Martínez a través de un comunicado. Este lunes, desde las nueve de la mañana, estará junto a Kaminski seleccionando a los participantes de ¿Quiere Ser Mi Socio? en las instalaciones de La Red.
Quienes deseen entrar a concursar deben llegar a esa hora a Avenida Quilín, 3750, con su propuesta. Es especialmente importante que tengan claros los tres puntos enunciados por Martínez. Allí se elegirá a quienes entren al programa televisivo.
El exitoso empresario nació con un talento para los negocios. En su infancia también limpiaba autos, a los 14 años los compraba y vendía, luego tuvo taxis. Pero su cercanía con las funerarias lo proyectó por ese camino.
Martínez es oriundo de Puente Alto. Allí vivió toda su vida. Su abuela era dueña de la funeraria La Estampa, con más de 60 años de historia. Su papá fue administrador del negocio y, al fallecer, su hijo tomó su lugar.
Iván Martínez tenía 20 años cuando comenzó a trabajar en el emprendimiento familiar. «Yo me críe en funerarias. Mi primera, segunda y tercera casa fueron funerarias», declaró en 2019, en el sitio Portal Puente Alto. «Para mí fue natural, como crecer en una verdulería. Iba al patio y veía a los maestros durmiendo adentro de los cajones», agregó.
A los veinte y tantos, y con los dos millones de pesos que obtuvo por la venta de un auto, arrendó una casa e instaló su primera funeraria propia, la cual tuvo que vender al poco tiempo porque no contaba con el capital necesario. Sin embargo, a los pocos meses la compró de nuevo.
Al año y medio ya iba por el camino del éxito. En la entrevista ya señalada recordó:
«Soy como el alcalde de Sucupira, que esperaba los muertos para inaugurar el cementerio. Yo empecé vendiendo un servicio cada un mes y medio. Me paraba afuera del Sótero del Río y empecé como ‘buitre’. Así son llamados los que venden servicios funerarios afuera de los hospitales o del instituto médico legal. Al principio todos me echaban porque era un cabro chico y los otros tenían como 20, 25, 30 años».
De ahí no paró y hoy es dueño de la cadena de funerarias que llevan su nombre y en 2023 entró al directorio del cementerio Valle Unido de Quilicura.