Glamorama
Kenita Larraín y Daniella Campos vestidas con el mismo diseño, en diferente color, en Podemos Hablar. Imagen tomada de la pantalla de Chilevisión.

Del «¿por qué no me dices mar… en la cara?» y el odio durante 20 años, a ser tan amiguis que se visten igual y lloran de la mano: el milagro de Kenita y Daniella Campos

Autor: Cristián Farías R. / 16 marzo, 2024

«¿Por qué no me decí lo de mara… aquí en la cara?», enfrentó Kenita Larraín a Daniella Campos en un backstage de SQP en 2006, aburrida de que la gemela y ex novia de Iván Zamorano la tratara como bataclana a sus espaldas y le hiciera la guerra porque supuestamente se quedó con el futbolista. Y eso que ambas eran amigas, compañeras de universidad, cómplices de carrete y confidentes en temas del corazón. Y eso no se hace ni se perdona.

La ex Miss Chile 1998 odiaba a la ex Miss Hawaiian Tropic 2004 y la peló detrás y frente a cámaras. Afirmó que se hacía la «mosquita muerta» siendo que «era más brava».

«A mí me cuesta perdonar la traición», declaró en 2016. «Yo siempre he dicho, yo con la María Eugenia puedo estar en un evento, puedo trabajar al lado, pero nunca más vamos a ser amigas… No me gusta la gente que miente. No compartiría nunca más con ella», argumentó en 2017. «O sea, tú sigues sosteniendo que ella se metió en medio de tu relación», le contrapreguntaron. «Absolutamente», contestó.

La gemela era puro rencor y la melliza no entendía. Kenita se preguntaba por qué. Buscaba y no encontraba el motivo. Daniella estaba pololeando con el tenista Nicolás Lapentti cuando la numeróloga empezó a salir con Zamorano. Incluso Larraín llamó para avisarle de su romance con el ex Pichichi del fútbol español.

«Es que si tú supieras todas las cosas que Kenita me decía a mí cuando yo estaba con Iván… Me decía que estaba pasada a calcetín, a camarín… Con unas palabras sumamente despectivas contra los futbolistas. Después verla a ella (con Zamorano), con todo lo que comentaba, yo decía ‘no le creo nada’. Y hasta el día de hoy no le creo nada», sumó Campos en agosto pasado en El Purgatorio. Tres meses después ocurrió el milagro.

El programa de farándula Sígueme las contrató como panelistas y en noviembre ya estaban abrazadas en el estudio. Fueron invitadas juntas a la Gala de Viña y craneaban los trajes cuando cancelaron el evento. Salieron en el diario LUN explicando la reconciliación.

Para el Día de la Mujer Daniella lloró al recordar el maltrato que sufrió y Larraín se acercó y la consoló, se tomaron de la mano y lloraron juntas. Y el viernes salieron con el mismo pantsuit, una en rojo y la otra en blanco, a explicar como hicieron la paz en Podemos Hablar. Aseguraron que Zamorano las separó con inventos y cahuines.

Pero Kenita, con paciencia en vez de choreza, con prudencia en vez de arrebato, esperó dos décadas para aclarar las cosas. Un día Daniella llegó mal a Sígueme y su ex enemiga la ayudó. Le puso una música para subir el ánimo. Le vio los números, le regaló un ejemplar del libro que escribió y le pidió perdón. Y Daniella la perdonó.