Maca Venegas fue la única clienta famosa del diseñador Nicanor Bravo que lo acompañó en su cáncer
«Tú eres un diseñador súper exitoso, vistiendo a figuras súper importantes y súper amigas. Uno te imagina súper acompañado», comentó Angélica Castro a Nicanor Bravo, el diseñador de las famosas de la televisión de Chile que viene saliendo de un tratamiento contra el cáncer colorrectal.
«No existieron», respondió el hombre que se codeaba con animadoras top de diversos canales, que paseaba por la alfombra roja del Festival de Viña, galas y paneles en horario estelar; el que invitó a un puñado de rostros a su fiesta de matrimonio y no recibió el apoyo ni nada de ninguna de esas celebridades durante las sesiones de quimio y radio que lo dejaron devastado y con una deuda de la cual intenta salir para no perder su hogar y su taller –el diseñador realiza una rifa con premios que llaman la atención-.
Solo hubo una excepción: Maca Venegas, la abogada y figura que se hizo conocida en el programa Veredicto, de Mega.
Bravo estuvo en un capítulo de La Divina Comida que grabó cuando recién venía saliendo del tratamiento. Nicanor se emocionó hasta las lágrimas y agradeció el equipo del espacio y sus compañeros en el episodio: Angélica Castro, Daniela Castro y Sebastián Longhi. Contó:
«Me encontraron cáncer colorrectal. La quimio la terminé hace nada. Quimio y radioterapia. Es muy duro, es terrorífico el tema. No estoy hablando de la enfermedad en sí, porque mamá, papá, abuelo, murieron de cáncer, tío con próstata. Era muy normal.
«El tema son los tratamientos. Eso te mata, te desploma… Aparte de andar sensible… Te degeneras. Eses un ente echado en una cama. Sin poder hacer nada. Hice 30 sesiones de radioterapia todos los días, salvo los fines de semana. Hice dos quimio de 92 horas continuas pasándote la quimio.
«Hay una parte de esta enfermedad que es la soledad del enfermo. No porque esté solo en sí, sino que el enfermo está con su enfermedad. Por más que estés con 20 personas al lado tuyo… Si no hubiera tenido a los perros no sé qué hubiese hecho».
Angélica Castro: «Tú eres un diseñador súper exitoso, vistiendo a figuras súper importantes y súper amigas. Uno te imagina súper acompañado»
Nicanor Bravo: «No existieron ninguna de esas figuras. Gracias a Dios tengo una gran amiga (Claudita), que ella siempre está. Tengo una clienta que se llama María José, que también siempre estuvo. Y apareció una pareja de chicas que viven acá al frente. Y ellas también de la nada se hicieron cargo. Cristina, otra clienta mía, también. Anita, Carlos. Esos ángeles que andan»
Castro: «¿Te decepcionaste de estas personas que pensaste que iban a estar y que no estuvieron?»
Bravo: «Sí. Con varias personas. La única del medio, que somos amigos aparte de ser del medio, fue la Maca Venegas. La Maca se preocupó por mí, ‘¿qué necesitas?’, ‘¿necesitas algo legal?’, ‘¿te pago el teléfono?’.
«Y en el San Juan de Dios, la oncología en el Instituto del Cáncer, la radioterapia, las enfermeras de oncología son un diez. No me olvido más de ellas. Un cariño… Te contenían, porque tú vas destrozado, eres un ente. Es potente. Pero hoy, que ya me siento bien, ya no tomo analgésicos, sigo con ciertos problemas y obviamente, hasta junio, no voy a saber en qué situación estoy. Pero me dicen que haga un nuevo tratamiento y no lo hago. Buscaré otra alternativa.
«Con esto no estoy diciendo que la gente no haga los tratamientos. En mi experiencia, mi cuerpo no podría aguantar otro tratamiento más. Aunque los médicos me felicitaron de haberlo terminado. Yo no sé cómo lo logre, no sé cómo hice».