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«Yo era niño, siete años… Y empecé a ver y a hablar con los muertos», relata Pedro Engel

Autor: Equipo Glamorama / 9 junio, 2023

“Yo era niño, siete años… Y empecé a ver y a hablar con los muertos», recuerda Pedro Engel.

El astrólogo y tarotista de 72 años afirmó que un psiquiatra le habló a sus padres del «don» que manifestaba.

En el late de TVN Buenas Noches a Todos Engel relató:

«Mi vida es bien trágica, pero yo la bendigo, porque no le cambiaría mi vida a nadie. Pero yo vengo de una familia que fue entera asesinada en la guerra, mi papá fue el único sobreviviente.

“Pero resulta que yo cuando jugaba en el jardín de mi casa veía personas que me hablaban. Le decía a mi papá ‘estuve con mi abuelita, con tu mamá’. ‘¡¿Qué?! ¿Cómo vas a estar con tu abuelita?’. Mi papá enfadado.

“Yo era niño, siete años. ‘Sí, me dijo que se llamaba Ester, tenía un moñito’. Y mi papá ‘¡¿pero de dónde sacas esas cosas?!’. ‘Si estaba en el jardín’. Otros días había primos, tías, y empecé a ver y a hablar con los muertos.

“Pero para mí era algo natural, era como lo típico de los niños que tienen amigos imaginarios. Mis amigos imaginarios eran todos los muertos que yo no conocí. Mi papá se preocupó mucho, me llevaron de un psiquiatra a otro, loco parece que estoy desde que nací.

“Pero al final llegué a un psiquiatra que me escuchó. Yo tenía doce años, y se emocionó y me dijo ‘¿tú puedes ver a mi mamá que falleció hace poco?’. Le dije ‘sí. Tú mamá te dice que no sufras, está contigo, siento que te toca el hombro’.

“Y el psiquiatra se pone a llorar y me dijo ‘es mi mamá, la estoy sintiendo’. Habló con mi papá y le dijo ‘no joda más a este cabro, porque esto existe. Se llama don, videncia’. Y mi papá se quedó tranquilo.

“Como a los 15 o 16 años eso me dejó de pasar, hasta bien más adulto. Yo creo que fue una manera de protegerme por todo lo que tenía que vivir después y para que estudiara, para que fuera un niño normal, entre comillas… Normal no he sido nunca.

“Yo seguía con una intuición fuerte, podía dar cuenta de cosas que están detrás del velo. Pero no creo que ese sea un don personal mío, sino que es una facultad que todos los seres humanos tienen, simplemente que algunos lo desarrollan más y otros a veces le temen.

“Pero nunca he sentido que yo tengo un don o algo especial. De joven también empecé también a tener contacto con los ángeles, siempre me sentí protegido y muy juguetón, porque no es una cosa grave, sino que tiene su humor y juego”