La fortaleza de Pilar Ruiz frente a dolorosa rehabilitación y cuenta hospitalaria de $ 100 millones
Pilar Ruiz no puede caminar. Tras el grave accidente automovilístico que sufrió hace un mes en Miami y donde falleció una persona, fue sometida a dos importantes cirugías. Fue dada de alta y continúa su recuperación en el hogar de una familia chilena que le ofreció su ayuda en la ciudad estadounidense. Tiene muy poca movilidad desde la cintura hacia abajo y es una rehabilitación larga y dolorosa.
La ex Reina de Viña ha mantenido el espíritu en alto y habla con tanta fe y esperanza que, en sus contactos vía Skype con Primer Plano, ha despertado una gran solidaridad. Esto, además, a pesar de lo difícil que es para Ruiz, modelo profesional, haber quedado con enormes cicatrices, y de que no tiene los medios económicos para pagar los 100 millones de pesos de la cuenta hospitalaria.
El viernes, en su segunda entrevista en el estelar de farándula de Chilevisión –MIRE AQUI EL VIDEO. PARTE 2-, explicó su situación. Este fue parte de su relato:
“¡Yo me tengo que parar de esta! Lo voy a hacer. Sé que es un proceso lento, costoso. Va a ser de mucha paciencia, tengo que aprender a tolerarme para no entrar en desesperación. Hoy hubo un momento en que vi la silla, la vi como ya puesta, yo dije ‘a ver si soy capaz de montarme en ella sola’, y fue el peor error, porque terminé llorando del dolor tan impresionante. Porque necesito ayuda sí o sí.
“Ella llegó y me cambió hasta el color de la piel, y la mamá la conoce a uno, y uno está más en confianza. Mi mamá me baña, me cambia de ropa. Prácticamente me da la comida en la cama, todo. Mi mamá lo es todo.
“De la cintura para arriba puedo mover mis manitos, mi cabecita. De los pies solamente puedo mover mis tobillos, y los deditos, y la pierna derecha puedo por lo menos doblarla un poquito más. Pero la izquierda tengo que mantenerla lo más que pueda recta. No puedo ni moverme ni pa un lado, ni pal otro. Tengo que estar todo el tiempo en esta postura. Dicen que de tres a seis meses no puedo hacer fuerza en las piernas. No puedo apoyarlas ni poner nada pesado encima de ellas.
“Nosotros íbamos a salir de una caletera, y justo cuando nos íbamos a salir vino una camioneta que se pasó un semáforo en rojo y nos embistió y nos arrinconó. Ahí, viendo las imágenes, como que se nos pasó encima esa camioneta, porque era gigante. Una de mis amigas que no perdió el conocimiento me dice que nosotras estábamos encima de la persona que murió. Como que la persona que murió amortiguó el golpe hacía nosotras. Prácticamente el señor fue el que nos salvó la vida.
«Yo estaba doblada, me llamaban y no respondía. Estaba detrás del asiento del piloto. También me dicen que puede ser que la lesión, la cicatriz que tengo en la pierna, puede ser que cuando me sacaron los paramédicos, me pasé a llevar con una lata. El susto de los paramédicos era que el auto ya estaba sacando humo y podía haberse prendido en algún momento. Entonces nos sacaron con mucha rapidez.
«Me han dicho que hay personas que han llevado flores al lugar del accidente. No sé si estaría preparada para ir a ese lugar, porque todavía me da cosita en el estómago tratar de recordar bien que fue lo que pasó. Como que no. Trato como de no pensar en eso, de mentalizar. No me siento preparada ahora.
“¿Qué pensaba yo? Cómo me va a quedar el cuerpo de aquí en adelante. Si voy a volver a caminar, y caminar bien. A mí me encanta bailar. Entonces, es como decir ‘no, no puedo volver a bailar’. Creo que son heridas de guerra. Eso demuestra que soy una persona de verdad. Que Diosito me dio una oportunidad de vida otra vez y es por algo, y la voy a aprovechar al máximo”.