«En ese momento era mi sueño ser madre y Constanza era una niña muy linda… Y ahora verla me impactó muchísimo”, dice Kenita Larraín sobre su reencuentro con la hija de Marcelo «Chino» Ríos
«Yo tengo unos recuerdos preciosos de ella, cariñosa, entonces siempre que me pidieron que estuviera ahí y la cuidara fue así. Y ahora verla, reencontrarme después de tantos años y verla tan grande, tan linda, me impactó muchísimo”, dijo Kenita Larraín sobre su reencuentro con Constanza Ríos Sotela en El Discípulo del Chef.
El programa de Chilevisión reunió en su nueva temporada, que partió hace una semana, a las dos primeras esposas de Marcelo «Chino» Ríos y a su hija mayor, de 20 años, Constanza.
En el estreno del espacio Giuliana Sotela y Larraín quedaron en el mismo equipo de competencia y en pantalla se vio una buena relación entre ellas. Paralelamente, hace una semana este sitio publicó fotos de ambas en una ameno encuentro en un café del Parque Arauco.
En tanto, la ingeniera comercial y numeróloga se refirió al asunto durante una entrevista en el programa Zona de Estrellas, del canal Zona Latina. Esta es una selección de sus dichos:
«Fue una sorpresa, porque me invitaron y después me enteré de los participantes que estaban. Pero también fue una oportunidad, porque estaba todo muy tenso, así que van a ver lo que empieza a pasar, que es súper emocionante.
“No puedo comentarlo porque viene en el capítulo de este día jueves, pero ahí se van a dar cuenta de cómo fue el desenlace de todo. Porque efectivamente el año 2005 con Giuliana sí quedaron las relaciones súper tensas y es como volver a revivir eso.
“Fue una experiencia emocionante y que no me esperé nunca.
“Ha pasado tanto tiempo. La verdad es que al principio, cuando me enteré, no es que me lo haya tomado mal, pero fue ‘oh, qué lata revivir todo’. Yo sentía que lo tenía súper solucionado. Pero ahí se van a dar cuenta que no lo tenía tan solucionado como pensaba. Y Giuliana me hizo el mismo comentario, entonces siento que la vida nos da una oportunidad.
“Al principio me quedé un poco en silencio y se me vinieron todas esas imágenes, todo el pasado. Y después, cuando ya pasaron unos minutos, siento que en la vida siempre que ocurre algo tiene una razón. Los primeros minutos fueron más angustiantes y después fue ‘por algo me está pasando esto’.
“Yo sé que se ve súper televisivo y es un programa de televisión y todo, pero no me lo tomé así. Me lo tomé como algo en mi vida personal que tenía que resolver.
“El café es una consecuencia de muchas cosas que pasaron en el programa, si te cuento lo del café es como que te contara el final del cuento o el final de la película.
“También está participando Constanza y yo la última vez que había visto a Costanza fue en Costa Rica cuando tenía tres años. Entonces era un cariño, la dejé de ver y hoy llega una mujer estupenda, regia, grande y yo la miraba. Impactante. Y ahí uno se da cuenta, con lo grande que está, cómo pasa el tiempo.
«Al igual que con Giuliana, quedó algo inconcluso, totalmente distinto obviamente. Con Giuliana desde una relación súper tensa, con Constanza de cariño.
“Yo en ese momento no tenía hijos, era mi sueño ser madre y Constanza era una niña muy linda. Yo tengo unos recuerdos preciosos de ella, cariñosa, entonces siempre que me pidieron que estuviera ahí y la cuidara fue así. Y ahora verla, reencontrarme después de tantos años y verla tan grande, tan linda, me impactó muchísimo”.
La última vez que Larraín, Sotela y su hija se encontraron fue en septiembre de 2005, cuando modelo llevaba cinco meses casada con el tenista y lo acompañó a San José de Costa Rica para visitar a su hija Coni, entonces de cuatro años, quien vivía con su madre oriunda de ese país.
Cuando el deportista y Larraín fueron a buscar a la niña al hogar de su madre, él manejaba y se estacionó frente a la casa. La modelo se quedó a bordo y, de pronto, el vehículo comenzó a recular. Ella no pudo presionar el freno, el automóvil quedó en una pequeña zanja y Larraín sufrió una caída y quedó con lesiones.
Posteriormente Giuliana Sotela se sumó a las críticas y dichos de Ríos y su padre en contra de la modelo.
La biografía Rubia de los Ojos Celestes cuenta que, al regresar al hotel donde se hospedaban el tenista desatendió a su mujer, mientras que la niña Constanza se preocupó de ella.