«Hice una lista de toda la gente que me había hecho daño en el transcurso de mi vida. Buscaba volver a sentir el cariño que había sentido (por ellos). Empecé a llamar…», relata Amaya Forch
«Me inventé lo que yo llamé ‘la ruta del perdón’», comenzó relatando Amaya Forch en Podemos Hablar.
La actriz compartió una experiencia y reflexión que fue aplaudida por el animador Jean Philippe Cretton y los otros invitados al estelar: Pepa Velasco, Gala Caldirola, Felipe Izquierdo y Julio Milostich.
Así continuaron las palabras de Forch_
«Hice una lista de toda la gente, de todos los ámbitos, laboral, familiar, amoroso, amistad, que me habían hecho daño en el transcurso de mi vida.
“Y armé esa lista. Lo que yo buscaba es volver a conectarme con esas personas, volver a sentir el cariño que había sentido alguna vez, porque por algo me habían hecho daño, porque habíamos tenido una relación de cariño. Y poder encontrarme con esas personas sin sentir pena, sin que me doliera nada, sin nada negativo.
“Y empecé a hacerlo. Empecé a llamar por teléfono. Empecé con uno que era del trabajo, que me había hecho mucho daño. Yo había sufrido mucho por esa historia. Y lo llamé y le dije ‘hola, ¿cómo estai?’. Estaba muy sorprendido. No entendía nada.
“Le dije ‘mira, te quiero invitar a que nos tomemos un café’”
Julio Milostich: “Perdón. ¿Él estaba consciente que te había hecho daño?”
Amaya Forch: “Sí. Cada una de estas personas, sí. ‘Pero la única regla de este café es que no hablemos de lo que pasó. No me interesa saber el por qué ni nada. Yo quiero poder sentarme contigo, poder tomarme un café, poder mirarte a los ojos y sentir el mismo cariño que yo te tuve alguna vez. Quiero poder mostrarte la foto de mis hijos, que me cuentes de tu vida y saber qué ha pasado contigo en estos años’.
“Debe haber pensado que estaba loca o que había una cosa por detrás. Pero me dijo que sí. Nos juntamos en un café y fue muy bonito, porque sucedió lo que yo esperaba.
“Lo miré. Y sí. Le tenía cariño, le mostré las fotos de mis hijos, me contó de sus hijos. La pasamos súper bien. Estuvimos un rato. El café se alargó más de lo que pensamos los dos. Y así continué con otras personas, porque necesitaba sentirme, me aliviané.
“Se me ocurrió. Dije ‘¿cómo lo hago? Tengo la necesidad. Siento que tengo que perdonar’”
Milostich: “¿En todos los casos fue exitoso”
Forch: “En todos los casos”.