«Nos medían. Uno no podía comer así a destajo. Y si la chica engordaba, para afuera… Esto yo lo llevo en mí y no me importa sufrir», recuerda Paty Cofré sobre sus días de vedette
«Esto yo lo llevo en mí y no me importa sufrir», dice Paty Cofré sobre los sacrificios y esfuerzos que ha realizado en sus más de cinco décadas de trayectoria artística.
La figura que se hizo popular como «La Súper Chuchá» de Morandé con Compañía -donde pedía «quince segundos» para decir garabatos con una música clásica que los silenciaba- se refirió a sus días de vedette en puestas en escena en teatros clásicos como el Bim Bam Bum o el Opera.
En Socios -espacio de Canal 13 conducido por Pancho Saavedra, Jorge Zabaleta y Pedro Ruminot-, estuvo invitada junto a Mauricio Flores, con quien realizan el espectáculo en vivo Superhéroes sin HD:
Pancho Saavedra: “Esta foto es una maravilla, y su color de pelo siempre fue rubia. ¿A qué edad partió usted en el Bim Bam Bum?”
Paty Cofré: “Cuando…”
Saavedra: “¿Pero eso era teñido o no?”
Cofré: “Sí. Lo que sufrí, yo no sé cómo tengo pelo. Yo tendría que estar pelada, porque dijeron ‘¿quién quiere ser la morena?’, ¿la rubia?’. Porque había rubias y después platinadas, como Marilyn Monroe.
“Y quién crees que paró el dedo cuando dijeron ‘¿quién quiere ser platinada?’. Paré mi dedo, pero no sabía lo que me esperaba. Me mandaron a la peluquería, me echaron un polvo blanco en toda la cabeza, la cabeza me ardía, me picaba, pero terrible.
“Después me fue a lavar la peluquera y todo, pelo blanco. Me echó la tintura y me dolía más, porque me salían costrones. Tenía la cabeza llena de costrones. Pero era platinada. Me quedó maravilloso”
Mauricio Flores: “Pero ella estaba feliz”
Cofré: “Estaba feliz yo poh. Y nos medían, uno no podía comer así a destajo, uno tenía que tener sus medidas, y si la chica engordaba, para afuera”
Jorge Zabaleta: “Por los trajes. Los trajes los hacían a medida y salía muy caro hacer otro traje nuevo”
Cofré: “Es que no. Buddy tenía una medida y le decía a la modista ‘tómele las medidas, que la vi comiendo tallarines en los alemanes’, en la Fuente Alemana. Entrábamos a comer a las nueve, porque eran tres funciones.
“Tres funciones con los tocados, tres funciones con las mallas. Las mallas se incrustaban en las piernas…”
Saavedra: “Oiga, pero era un sufrimiento entonces”
Cofré: “Era un sufrimiento, pero salía todo maravilloso”
Saavedra: “¿Y por qué lo seguía haciendo?”
Cofré: “Porque esto yo lo llevo en mí y no me importa sufrir. A mí me encanta hacer reír. Yo soy más feliz que la ñoña cuando salgo al escenario o cuando hago a la ‘Súper Chuchá’, y ya de verme vestida como voy la gente empieza a reírse”.