Andrés Caniulef: «Teníamos planes de casarnos en marzo. Esta relación terminó en noviembre. Me quedo con la argolla en la mano. Lo más terrible es que te pidieran el anillo de vuelta…»
«Lo más terrible de esto es que te pidieran el anillo de vuelta», afirma Andrés Caniulef sobre el quiebre con su novio, un ingeniero comercial de entonces 32 años, en 2017.
El periodista desfiló con la referida pareja por la alfombra roja del Festival de Viña de ese año. Luego le pidieron matrimonio.
En el último capítulo de Podemos Hablar, en Chilevisión, Caniulef relató:
«Esto fue el año 2017. Yo estaba trabajando aquí en Chilevisión. Tenía una historia que se volvió muy mediática porque, de hecho, desfilé por la alfombra roja de Viña del Mar.
“Y tenía un sueño desde pequeño, que era conocer Disney. Entonces, para mí cumpleaños, que es el 24 de junio, él me regaló ese viaje a Disney. Nos fuimos a Disney efectivamente a disfrutar de unas vacaciones que incluían también un paso por la playa.
“Y ese día que llegamos a Disney, lo veo arrodillándose y extenderse la mano con el anillo. Mi sueño de infancia. El castillo de fondo. Fuegos artificiales. Pero había un problema.
“El problema es que cayó una lluvia torrencial. Esa es la primera señal que yo no vi. El destino me estaba hablando. Y efectivamente, claro, llegamos a Santiago de regreso. Pero el compromiso algo hizo o algo quebró finalmente en esta relación. La convivencia también nos pasó la cuenta.
“Finalmente, esa historia, que fue una de las más lindas que he tenido, y donde hubo mayor compromiso, y quedó registrado en esa joya, lamentablemente llegó a su fin.
“Esto ocurrió en junio. Y nosotros teníamos planes de casarnos en marzo. Por lo tanto, esta historia, esta relación terminó en noviembre, diciembre. Y efectivamente es ahí donde me quedo con la argolla en la mano. Lo más terrible de esto es que te pidieran el anillo de vuelta.
“Lo entregué. Era lo único que me quedaba por entregar. Pero sí debo decir una cosa: tengo hoy día esa historia, me reconcilié completamente con ella. Me reconcilié con ese momento, todo lo que se vivió. Entiendo hoy día cómo se dieron las cosas.
“Y si en algún momento quise culparlo, o a lo mejor ponerlo a él como el enemigo, hoy día me doy cuenta que no, que siempre el enemigo fui yo conmigo mismo. Y lamentablemente él pagó las consecuencias también. Fue una linda historia. Y aunque no llegué al altar, sí viví la ilusión de ser novio”.