El mea culpa de Carla Ballero
Carla Ballero repite que no quiere aparecer como víctima. Cuenta que «tengo 37 años y tengo que responder». Pero también dice que lo está pasando mal desde hace tiempo, «complicada, con muchas preocupaciones, dolores».
La protagonista del escándalo del fin de semana dio su entrevista más extensa y profunda desde que fue detenida el viernes, tras haber robado una chaqueta en una multitienda del Portal La Dehesa –MIRE AQUI TODOS LOS DETALLES DEL ROBO-. Habló a través de un contacto telefónico con el matinal de Mega.
El mismo día en que fue detenida y luego enviada a su domiclio -excusada por el tratamiento siquiátrico al que está sometida- su hermano Alvaro Ballero publicó en Facebok un texto donde relata la que sería la cruda situación por la que está pasando la ex «Locaria» de Morandé con Compañía –VEA ACA TODO LO QUE CUENTA ALVARO-.
Sin embargo, la modelo se distancia de la opinión de su hermano y de su familia, de la cual se encuentra distanciada. «A la familia uno no la elige, pero sí obviamente me protegen y tratan de cuidarme, a veces un poco equivocados también. Yo no estoy 100% de acuerdo con las cosas que pueda opinar mi familia, porque no porque sea mi familia yo voy a estar de acuerdo. No sé si me explico», afirmó en Mucho Gusto –MIRE AQUI EL VIDEO-.
Ballero aclaró que sigue casada y que su marido y padre de sus tres hijas, el empresario minero Raúl Fergie, «es una contención importante». Y entregó detalles como que, tras la detención, cuando fue a constatar lesiones, le dieron un Diazepán. Por eso parecía que estuviese bajo efecto de fármacos cuando la prensa la grabó. Señaló que está alejada de la televisión porque decidió dedicarse a su familia, aunque cree que ya es tiempo de regresar a la pantalla chica.
Además, esto fue parte de su relato en el matinal de Mega:
«Más que complicada, dolida, avergonzada me tiene esto. ¿Qué fue lo que pasó? No tengo idea, sinceramente. Es una estupidez. Iba entrando e iba a pasar a otro lado, y pasé por esa tienda, y así como casi de chora me puse la cuestión y dije ‘ ay, me la voy a llevar’. Y cuando voy saliendo, voy cachando lo que estoy haciendo y digo ‘¡¿qué estoy haciendo?!’. Y ya el guardia me agarró y yo me puse a llorar y eso.
«Yo no no quiero ser víctima y no quiero echarle la culpa a mi condición depresiva que he estado viviendo y decir que por eso hice lo otro, porque no corresponde. Sí, estoy en un tratamiento siquiátrico y luchando con eso y voy a salir adelante de eso.
«Estoy tomando unos remedios súper fuertes que el siquiatra está bien preocupado y me dijo que mañana nos juntáramos, porque cree que los remedios no me están haciendo el efecto que me tenían que hacer y me están haciendo mal. Porque no se explica esto que pasó.
«Es que yo no necesito la chaqueta. No lo entiendo. Me cuesta mucho hablar. Para mí es súper vergonzoso. Yo soy una persona de verdad bien tranquila y esto me ha sacado absolutamente de mi centro y quiero que pase luego. Quiero estar bien y no que se hable de mí por esto. Es algo muy vergonzoso. Llevar a mis hijas al colegio, que la gente te mire, uno se pasa mil rollos de lo que la gente está pensando de ti.
«Del tema de Alvaro no voy a comentar nada, porque no estoy de acuerdo con sus palabras, con sus dichos. A mi hermano lo amo, como amo a todos mis hermanos y a mi padre, pero yo no estoy de acuerdo con él y hablé ayer con él. El tiene su postura, es un hombre grande, puede pensar lo que quiera, pero yo tengo la mía y también soy una mujer grande. Es cierto (que estamos distanciados).
«No he tenido una vida fácil, como todo el mundo, todos tenemos muchos problemas. Y mi vida personal ha sido bastante difícil desde que soy chica. Mis problemas vienen de muy atrás y por eso me estoy tratando, porque quiero mejorarme, porque mis trancas y todas mis cosas vienen de mi infancia, de mi propio núcleo familiar y eso es lo que tengo que sanar y es ahí donde estoy trabajando.
«Lo he estado pasando mal, complicada, con muchas preocupaciones, dolores propios de la vida de cualquier ser humano. No quiero quedar como ‘pobrecita, ella en realidad tiene depresión, por eso lo hizo’. Tengo que responder frente a mis actos, soy una mujer grande, tengo 37 años y tengo que responder.
«Quiero volver a ser brillante, como soy. Porque soy una mujer brillante, con luz, que brilla, que soy feliz, que soy buena mamá. Que soy divertida, que me río, que hago reír a mis hijos, que bailo con ellos. Soy una mujer como todas las mujeres de este país, que trata de hacer felices a sus hijos, y esa es la pasión de mi vida, mis hijos. Quiero volver a estar así y en eso estoy.
«Me siento muy sola y es muy extraño porque tengo tres hijos, tengo un marido, tengo un papá, tengo hermanos, y me siento sola».