Mey Santamaría explica por qué no muestra el rostro de su hija en Instagram
Mía tiene tres años y medio y su madre, Mey Santamaría, dice que “me encantaría mostrar al mundo lo bella que es, lo risueña, esos ojos que sonríe e ilumina el mundo». Sin embargo, la bailarina cubana radicada en Chile prefiere no hacerlo.
Santamaría se conectó, hace más de un mes, con El Aperitivo, espacio que se emite en vivo a través del instagram de Velvet.
La figura televisiva se refirió a su madre y su hermano, quienes están en Miami, y al odio en las redes sociales. Sobre esto último contó que “me desconecté de las redes sociales desde el estallido social”, debido al bullying luego de que “me sacaron de contexto en una parte que fue la elección entre Piñera y Fidel Castro”.
Habló de su marido, el odontólogo Philip Timmermann. “No es solo lo guapo, sino lo apañador que es… Cuando perdí mi segunda guagua fue él quien me sostuvo”, afirmó.
En tanto, en un momento de la transmisión, uno de los usuarios de la red social conectados le consultó por qué no muestra el rostro de su hija en Instagram:
“Justo ponen ‘¿por qué oculta la cara de su hija?’. Por seguridad. Es otra cosa que la gente me cuestiona mucho en las redes sociales. Yo a veces respondo y otras veces digo ‘¿hasta cuándo tengo que decir por qué lo hago?’. A mi hijo yo siempre lo muestro, pero a mi hija siempre la cuido, siempre la protejo porque mi hija es adoptada. De alguna forma siento que le debo ese respeto a ella, a su familia familia de origen.
“Me encantaría mostrar al mundo lo bella que es, lo risueña, esos ojos que sonríe e ilumina el mundo. Es como la Tonka Tomicic. La Tonka tiene unos ojos que ella solamente sonríe e ilumina el lugar donde esté. Bueno, mi hija es igual.
“Pero siento que no tengo el derecho de exponerla de esa forma. No te voy a decir que no me da un poquito de miedo. Aparte que yo ya venía con esta cosa de que mis niños de acogida no se muestran por protección a ellos mismos”
Jordi Castell: «¿Tu hija sabe que es adoptada o lo va a saber?”
Mey Santamaría: «Sí, lo va a saber siempre. Mi hija va a ser quien decida cuándo quiere salir en mis redes sociales. Hubo una época en que el Nico me dijo ‘mamá…’ Porque yo respeto a mis hijos y el respeto está en preguntarles qué es lo que ellos quieren o dejan de querer.
«A mí me han llamado para campañas publicitarias que yo he dicho no. Hay otras que encuentro que tiene sentido y lo hago.
“Pero mi hija va a elegir si quiere salir en mis redes sociales o no, o cuándo va a salir. La gente también tiene que entender que como madre, al ser pública, a mí me da susto y me daría mucha pena que su madre biológica la viera, por equis que sea su situación. Pero que viera… No sé, no me siento con el mismo derecho que con el Nico.
“A mí una vez el Nico me dijo ‘mamá, no me muestres’. ‘Ok, no te muestro’. Y hay otras veces que me dice ‘mamá, grábame un video’, o a veces encuentro que hace cosas tan únicas, tan divinas de él, que digo ‘esto lo tengo que compartir’. Es chochera. Mi hija también hace un montón de cosas que me encantaría compartir con la gente. Pero no sé, hay algo que me lo impide, me da susto”
Castell: “Ahora tienes que estar preparada. Yo tengo un ahijado que es adoptado, él también siempre supo y en algún minuto preguntó quién era su mamá biológica, y mis amigos le facilitaron…”
Santamaría: “Yo estoy dispuesta a cuando ella quiera, yo misma voy y hago lo posible, muevo cielo, mar y tierra para que ella lo haga. Porque eso es un derecho. Hay una carpeta con todos sus antecedentes que se guarda, se archiva, que se llama el derecho a saber los orígenes. Y ellos a sus 18 años pueden ir, desarchivar esta carpeta y saber todo para atrás.
“Hay una edad, como a los 11 ó 12, me han dicho, que viene esta pregunta de los niños que saben que son adoptados, que te preguntan ‘¿por qué no me quisieron?’. Que lo he hablado con la Daniela Castillo. Yo con la Daniela Castillo me he sentado a conversar y hablar. Yo ‘Dani, cuéntame todo, de principio a fin’. Estudio para criar a mis hijos. Mis hijos me van a reclamar, como todos los hijos reclaman a los padres, pero ojalá siempre darles lo mejor.
“Yo entiendo la curiosidad de la gente, a lo mejor algún día van a ver su carita. Mi hija ya tiene tres años y medio y dentro poco ya me va a decir ‘mamá, grábame’. Porque ya me agarra el maquillaje, se pone mis tacones, yo digo ‘que heavy, como tan chica y ya tiene esta cosa femenina’”.
