«Llegué a tomar doce milígramos de Ravotril diarios… Me tomaba cuatro o seis en la mañana y estaba perfecto», reveló Marcelo «Chino» Ríos
Con un nuevo aspecto físico que fue comentado en Twitter, Marcelo «Chino» Ríos mostró la casa que arrienda hace cuatro años en Sarasota, La Florida, Estados Unidos, donde reside con su esposa Paula Pavic y cinco hijos menores.
En una entrevista con Martín Cárcamo que fue emitida esta semana en el programa De Tú a Tú, en Canal 13, el retirado deportista de 45 años habló de diversos aspectos personales. Se refirió desde el rol que desempeñó su mamá en sus inicios en el tenis, o al delicado momento de salud que vivió en 2013, entre otros.
Este fue su relato del episodio en el cual, cuando ya estaba recuperado de la emergencia de 2013, le recetaron que ingiriera un conocido tranquillizante y ansiolítico. Cuando consultó cuánta cantidad, asegura que le respondieron «los que quieras»:
Marcelo Ríos: “Yo tuve una vasoconstricción cerebral, las arterias se te contraen del cerebro y no pasa sangre. Desperté un día y es como un hachazo así a cagar, un dolor de cabeza, me dolía el cuello y los ojos rojos.
“Voy y me internan, me ponen unas weas acá (en la cabeza). ‘Tienes como cinco arterias bloqueadas’. ‘¿Ya y?’. ‘Esa weá es peligrosa’. Empezamos a conversar. ‘Te tienes que quedar internado una semana’.
“Me tenía que hacer examen de cocaína, entonces me dice ‘lo vamos a hacer escondido, porque si se llega a saber…? ‘¿Cómo lo vamos a hacer escondido? Si es de coca me tienen que ayudar más que nunca’. Me lo hacen y no salió nada.
“Me siguen haciendo exámenes de la cabeza hasta que están todas las arterias desbloqueadas y ahí me voy. Entonces me preguntan ‘¿cuánto tomas de alcohol?’. Yo le dije ‘será una botella y media en la noche’. ‘No poh, tienes que empezar a tomar una copita de vino’ y le dije ‘para esa weá mejor no tomo nada’. ‘Mejor’.
“’Y tienes que que parar de trabajar, porque el estrés no es solo trabajo, viene por otras cosas también de la vida’. ‘¿Qué mierda hago entonces?, ¿me quedo acostado en la casa’. ‘Más o menos’.
“Y me vino una angustia, entonces me dijo ‘¿sabes qué? Toma Ravotril’. ‘¿Y cuánto tomo?’. ‘Los que quieras’. Te estoy hablando en serio y podría decir el nombre del doctor, porque se cayó y es doctor conocido. Llegué a tomar 12 milígramos diarios.
“Me tomaba cuatro o seis en la mañana y estaba perfecto. Pero de repente en la tarde caías, puta, ya no dabas más. Estabas raja y despertabas todo… Estoy ahora con un siquiatra que me está tratando de sacar el Ravotril. Lo quiero dejar porque ya caché que lo mío era angustia, lo que me pasó.
«En Chile me baja la angustia, salir y encontrarte con alguien. Como que no podía respirar, empezaba a transpirar, te sientes como atrapado, como que piensas que todos te miran, que algo te va a pasar.
«Entonces voy donde una sicóloga y me dice ‘primero que todo, tu vida es complicada, todo lo que te pasa, pero yo te voy a dar una cuestión, piénsala y ve si te hace sentido… Cuando la gente se retira a los 70 años dice ‘ahora me voy a retirar, voy a vivir la vida más tranquila’. Si tú ya trabajaste, hiciste lo que te gustó, lo hiciste bien y te sientes orgulloso contigo mismo, y gracias a Dios tienes los recursos, ¿por qué no te jubilas ahora?’.
“Lo hablé con la Paula (Pavic, su esposa) y le encontró toda la razón. ‘Te lo vengo diciendo hace mucho tiempo que pares de hacer weás’. Y le encontré razón y le dije ‘¿sabes qué? Vámonos a Estados Unidos’. Y me cambió totalmente la vida”.