Glamorama
Andrea Hoffman en una foto enviada por Canal 13 por el programa Aquí Se Baila, en abril de este año.

«Ahora es ‘¿dónde estás?’. Llamas por teléfono… Y antes no sabían nada de ti hasta que eran las 9. Y si no llegabas a las 9, había pasado algo», recuerda Andrea Hoffman

Autor: C. Z. / 29 julio, 2022

Este miércoles en MILF hablaron sobre “preguntas obvias” en relaciones sociales.

Durante la conversación, las panelistas del programa de TV+ se refirieron a la diferencia en la comunicación de la actualidad, con lo que ocurría hace unas décadas, y cómo antiguamente se contactaba la gente:

Andrea Hoffman: “Los tiempos han cambiado. Ahora es ‘¿dónde estás? Llamas por teléfono. En esa época uno salía y con suerte, si tenía que llamar estaba el teléfono público en la calle, si no sabían nada de ti hasta que eran las 9. Y si no llegabas a las 9, había pasado algo”

Fran Conserva: “Me acuerdo cuando estaba en el colegio y hacía la cimarra. Llamaba a mi ex marido, porque estábamos pololeando ahí, y le digo ‘¿me vienes a buscar?’. Me saltaba la pandereta. ‘Ya mi amor, estoy frente al Omnium’”

Berta Lasala: “Ya no hay casetas telefónicas”

Aranzazú Yankovic: “No poh, ya no hay. Son como de museo ahora”

Hoffman: “Si poh, de museo. Las sacaron. Ni siquiera en Cachiyuyo. ¿Se acuerdan del comercial en Cachiyuyo? Ni siquiera ahí hay”

Yankovic: “Yo me he preguntado qué hace uno si se le pierde el celular. Porque se me pierde el celular quinientas veces en el día. ¿Qué haces tú si estás en la calle y quieres llamar a alguien? Ya no hay”

Lasala: “Ni en el negocio tampoco”

Yankovic: “¿Cómo salen de ese embrollo? ¿Se saben el teléfono de alguien?”

Hoffman: “Pero ojo. Una vez le pidieron el teléfono a una amiga, no a mí, y le dijeron ‘sabes que se me perdió el teléfono’, o ‘se me quedó, y quiero hacer una llamada urgente’. Y le pasó el teléfono, confiada.

Yankovic: “Y el gallo salió corriendo”

Hoffman: “No, gansa… Y le pasó el teléfono y no sé qué le hizo. Le hackeó el teléfono y le robó toda la información. Entonces hay que tener ojo, porque uno es confiado.

“Pero a veces te pueden sacar el teléfono, copiar alguna cosa, te lo devuelven, y después te lo roban. Y luego haces relación… No se puede confiar en nadie”