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Bruno Zaretti en una imagen promocional de Aquí Se Baile, enviada por Canal 13 en marzo de este año.

«Vine a Chile a los 16 años. Llegué a Mekano. Eramos los cinco en un departamento con una sola piececita, un baño. Mega nos pagaban mal, mal…», recuerda Bruno Zaretti sobre el inicio de Axe Bahía

Autor: Equipo Glamorama / 4 diciembre, 2022

«Eran 300 lucas para los cinco Me alcanzaba el sueldo para un Super 8 y un polerón», recuerda Bruno Zaretti sobre su llegada a Chile a inicios de los 2000 junto a los otros cuatro integrantes de Axé Bahía.

El bailarín brasileño y sus compatriotas Flaviana Seeling, Francini Amaral y los hermanos Jociney y Jefferson Barbosa (fallecido en 2016) arribaron hace 21 años. A los meses se convirtieron en fenómeno televisivo.

En Socios de la Parrilla Zaretti relató cómo vivió su primer tiempo en el país:

“Yo empecé en la televisión a los trece años y ahí fue cuando conocí a la Flaviana. Ella participaba de un grupo de baile ya connotado en su ciudad, al sur de Brasil, y la conocí porque iba como invitada a bailar detrás de los grandes artistas, de los cantantes y todo eso.

“Y un día me dice ‘hay un casting para ir a Chile para participar en un programa de televisión, ¿te tinca?’. Pero yo era menor de edad. Y mi papá italiano era súper rudo con la mentalidad de que el hijo hombre tiene que ser partícipe de la empresa de la familia. Me dijo ‘ni cagando, tú no te vas a Chile’. Y mi mamá, al contrario, me dice ‘hijo, anda, tienes que puro ir, aquí está la platita, anda como si fueran vacaciones. Si te va bien, bacán, y si te va mal, regresa’.

“Y con el incentivo de mi madre yo vine a Chile a los 16 años a probar suerte. Llegué a Mekano y fueron seis meses de la vela negra, de dificultad y todo eso, pero después fue increíble.

“Lo que pasa es que al principio te prometen el cielo y las estrellas, que era todo mil maravillas, y al final… Más que pagar mal, vivíamos los cinco en un solo departamento, una sola piecita. Éramos los cinco y un departamento con un baño.

“Y sí, Mega hay que reconocer, perdónenme tío Mega, pero nos pagaban mal, mal. Eran 300 lucas para los cinco, era mal. Y llegar de repente en Metro, cosas así.

«Llegué de Brasil con puras musculosas, shorts y todo eso, y me cagué de frío acá en Chile, porque hacía más frío que la cresta.

“Y me alcanzaba el sueldo para un Super 8, que me encantaba el Super 8, y un polerón, era lo que me alcanzaba y lo que yo compraba siempre. Y así fueron los primeros meses.

“Y también hacerse el fuerte y no decirle a la familia, porque gracias a Dios mi familia en Brasil tenía una condición no buena, pero bien, no faltaba nada, entonces le decía a mis papás ‘estoy bien’. Aguantando por el sueño, porque yo tenía el sueño, cuando entré a la televisión y vi lo que era Mekano me cambió la vida, porque era diferente.

“Lo que pasa es que a los 16 años tú no tienes esa mentalidad de que te están cagando, pero siempre fue la Flaviana el rostro de la negociante, nuestra madre, la que siempre llevaba la batuta en ese sentido, porque era la líder.

“Entonces uno a los 16 años está con el sueño, es un cabro chico que quiere disfrutar. Yo disfrutaba. Mi paga era llegar al canal y que todo el mundo gritara ‘¡Bruno, Bruno!’, y yo estaba feliz.

“Para mí el comer no era prioridad, yo comía pasta en la mañana, pasta en la tarde, pasta en la noche, y estaba feliz. Yo era feliz con eso, porque lo que me movió no fueron las lucas, fue el sueño que yo tenía de estar en la televisión, el esfuerzo fue válido, porque fueron seis meses de verla difícil y de repente dar el salto grande”.